La junta directiva del Banco de la República de Colombia ha decidido acelerar el ritmo de subidas de los tipos de interés e incrementar este viernes el precio del dinero en 100 puntos básicos, hasta el 4%.
El instituto emisor ha explicado su decisión de este viernes haciendo referencia a las presiones inflacionistas. En diciembre, la inflación registró un crecimiento mensual del 0,73%. Con esto, los precios al consumidor cerraron el año con una subida del 5,62%, mientras que el índice subyacente cerró 2021 con una subida del 2,49%.
«Con la decisión adoptada el día de hoy, la autoridad monetaria reitera su compromiso con la meta de inflación de 3% anual, para lo cual seguirá tomando las decisiones requeridas a fin de asegurar la convergencia de la inflación hacia dicha meta», ha subrayado el comunicado del instituto emisor emitido por el gerente Leonardo Villar, acompañado por el ministro de Hacienda y Crédito Público, José Manuel Restrepo.
Asimismo, el organismo ha asegurado que la decisión «es compatible con el dinamismo de una economía que se ha recuperado rápidamente y no requiere el mismo grado de estímulo monetario que el Banco oportunamente suministró a lo largo de la crisis ocasionada por el Covid.
La proyección de inflación del equipo técnico de la entidad monetaria colombiana ha sido revisada al alza y contempla un nivel del 4,3% para 2022 y del 3,4% para 2023.
Por su parte, el indicador de seguimiento a la economía de noviembre mostró que la actividad del país continuó expandiéndose. En este contexto, el equipo técnico ha reafirmado su pronóstico de crecimiento del PIB para 2021 a un ritmo cercano al 10%.
De este modo, el PIB de 2021 superaría los niveles registrados en 2019, según el Banco de la República. Para este año, la previsión es que el PIB crezca alrededor del 4,3%.
La cuenta corriente de la balanza de pagos cerraría 2021 con un déficit de alrededor de 5,7% del PIB. Para 2022 este saldo negativo empezaría a moderarse hacia un nivel de 4,9% del PIB, en un ambiente financiero internacional que comienza a endurecerse ante la aceleración en el ritmo de normalización de la política monetaria en Estados Unidos y otras economías avanzadas.