La Comisión Europea ha anunciado este jueves su decisión de llevar a China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las «prácticas comerciales discriminatorias» que impone a Lituania en represalia por su decisión de estrechar lazos con Taiwán, un territorio que Pekín reivindica como propio.
Bruselas considera que estas prácticas son contrarias a las reglas internacionales de comercio y, además, advierte de su impacto en las exportaciones de otros actores en el mercado comunitario, habida cuenta de que se dirigen también contra productos fabricados en otros Estados miembro pero con componentes lituanos.
Los servicios comunitarios han reunido pruebas durante los últimos meses de la negativa de China a despachar los productos lituanos a través de su aduana, del rechazo de las solicitudes de importación de Lituania y de «presiones» a empresas de otros Estados miembros para que eliminen los componentes lituanos de sus cadenas de suministro cuando exportan a China.
El vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis, ha lamentado en una rueda de prensa para explicar la medida que los contactos diplomáticos mantenidos estos meses no han dado resultados, lo que ha obligado a la Unión Europea a dar el paso de elevar el caso a la OMC.
Dombrovskis ha querido, sin embargo, subrayar que se trata de una «primera fase en el proceso» que crea el espacio de diálogo para buscar un acuerdo entre las partes y que los Veintisiete, en cuyo nombre actúa la Comisión, «claramente quieren una solución«.
En efecto, las consultas para la solución de diferencias que ha solicitado la UE constituyen el primer paso en el proceso de solución de diferencias de la OMC. Si no se resuelve el asunto en esa fase, la UE podría solicitar la creación de un panel para que se pronuncie sobre este asunto.
El político letón también ha apuntado que el bloque comunitario es consciente de que China es su mayor socio comercial, además de un aliado clave ante retos globales como el calentamiento climático, pero ha considerado que ello no debe impedir poder abordar las diferencias.
«Queremos profundizar y estrechar nuestras relaciones. Claro que hay dificultades, en los últimos meses y diría que en los últimos años, por eso es necesario hablar para ver cómo ponemos nuestras relaciones en una senda más positiva«, ha considerado Dombrovkis.
El pulso diplomático entre China y Lituania se tensó el pasado mes de noviembre, cuando las autoridades lituanas permitieron a Taiwán abrir una embajada de facto en su capital, la primera representación de este territorio en Europa. Como represalia, Pekín decidió imponer una serie de restricciones al comercio con Lituania
Entretanto, la Unión Europea también mantiene congelada la ratificación del acuerdo de inversiones que cerró en 2020 con el gigante asiático y Dombrovskis ha reiterado este jueves que esta posición no variará mientras Pekín no levante las sanciones que impuso a eurodiputados críticos con las violaciones de Derechos Humanos en este país.
Preguntado por si las tensiones actuales podrían traducirse en un boicot de la UE a los próximos Juegos Olímpicos de Invierno en China, Dombrovskis ha eludido la respuesta al apuntar que es una cuestión sobre la que no hay competencias comunitarias y la decisión corresponde a cada Estado miembro.