Langostinos al ajillo: el truco para que el aceite no te quede aguado

Tal como sucede con las divinas gambas, los langostinos al ajillo son uno de los platos preferidos; no solo en España, sino también en cualquier lugar del mundo en el que eso sí, puedan conseguirse estos mariscos en el máximo esplendor de su frescura.

Salir de compras y echar un ojo a la pescadería se hace básicamente un ritual durante los días de verano principalmente, temporada en la que siempre se da un vistazo buscando unos buenos langostinos para preparar al ajillo y compartir entre familiares y amigos junto a algunas refrescantes bebidas frías.

Si tienes la suerte de conseguirlos frescos, no desaproveches la oportunidad de preparar unos deliciosos langostinos al ajillo; pero más allá de simplemente hacerlos, conoce el truco para que te queden perfectos porque no hay nada más desagradable a la hora de comerlos, que un aceite aguado en el que parecieran nadar en vez de lucir seductoramente envueltos.

Los ingredientes para unos ricos langostinos al ajillo, la clave inicial del éxito

Langostinos

Nada que carezca de frescura va a ser agradable de comer. Y los langostinos al ajillo por supuesto no son la excepción. La clave inicial para una receta de 10 es contar con la frescura de este marisco; así que al momento de comprarlos, corre lejos de esos ejemplares con olor extraño, cabezas desprendidas, ojos arrugados o textura aguada.

Un langostino fresco luce bien: color brillante, ojos negros y lisos, cuerpo entero y firme al tacto, así como un aroma que recuerda las profundidades del mar. Así que, si no lucen de esta manera, mejor seguir tu camino y esperar una nueva oportunidad.

Otros ingredientes presentes en esta preparación, son muy básicos; y seguramente los tienes en casa: el infaltable ajo, el perejil, el limón, el aceite de oliva virgen extra que no puede faltar y la cremosa mantequilla casera que es muy fácil de hacer. No hay excusa para que los langostinos queden mal, son muy pocos los ingredientes que requiere para su preparación, y si son frescos tienes el éxito garantizado.

La cantidad de ajo que vas a usar dependerá del gusto que quieras darle, así que no hay medida exacta para ello. Todo depende de tu gusto particular y el de tus comensales. Y como te comentaba, los ingredientes correctos y la técnica acertada te darán un resultado de impacto.

La preparación del más divino plato: langostinos al ajillo en su punto

Langostinos

Con los ingredientes frescos a la mano y con la mejor disposición, vas a lograr tener listos unos langostinos perfectos en cuestión de pocos minutos. Para empezar lava muy bien 16 langostinos en agua fría y retira cualquier suciedad que puedan tener. Para un acabado hermoso al momento de presentar el plato, te recomiendo limpiarlos dejando las cabezas y la punta de las colas; eso sí, retira muy bien la cáscara del cuerpo y el intestino con la punta de un cuchillo.

Colócalos sobre un paño limpio o papel absorbente suficiente, y escúrrelos muy bien para que queden secos y firmes. Este paso es sumamente importante, y es el truco para evitar que el aceite quede aguado. Una vez secos espolvorea sobre ellos sal y una pizca de pimienta negra.

En una sartén vierte un chorrito de aceite de oliva y llévalo a la hornilla a fuego fuerte. Cuando el aceite esté bien caliente, coloca los langostinos y déjalos cocinar por tan solo 15 segundos de cada lado. Estarán perfectos rápidamente. Tal como sucede con otros mariscos, estos deben cocinarse en su punto justo.

Al momento de prepararlos coloca los langostinos en pocas cantidades para que se sofrían bien. Evita cocinarlos todos de un golpe. 

La preparación del ajillo, el rico sabor característico

Ajillo

Como ves, preparar los langostinos al ajillo no tiene nada de complicado. Una vez los hayas cocido por 15 segundos de cada lado, retíralos de la sartén y resérvalos en un plato. En el mismo aceite en el que los sofreíste, añade 4 dientes de ajo bien picados y el jugo de 1 limón. (recuerda que la cantidad de ajos la puedes adaptar a tus gustos). Cocina por un minuto.

Durante la cocción del ajo, vigila muy de cerca que no se doren y mucho menos que se quemen, pues deben quedar blancos. Añade 1 cucharada generosa de mantequilla a la sartén, esté es el otro truco para que el aceite no quede aguado. La mantequilla dará consistencia a la salsita y un puñado de perejil fresco previamente lavado, escurrido y finamente picado.

Para finalizar, coloca los langostinos en la salsa y remuévelos para que se integren. Retira la sartén del fuego y ¡listo!, a disfrutar.

Repasemos un poco los trucos para lograr los langostinos al ajillo perfectos

Langostinos

Hacer unos langostinos al ajillo perfectos es más fácil de lo que crees, y con los consejos que te he brindado en el paso a paso, más este rápido repaso, tienes el éxito garantizado.

  • Utiliza langostinos muy frescos, límpialos muy bien y sécalos perfectamente para evitar exceso de agua al cocinarlos.
  • Sofríe los langostinos durante 15 segundos de cada lado en el aceite de oliva virgen extra.
  • Utiliza mantequilla junto al aceite para que este quede con una textura más espesa, así evitas que quede aguado.
  • Añade limón para dar el toque de frescura necesario; sin embargo puedes añadir menos en caso de que así lo prefieras.
  • Sírvelos bien calientes y con unos buenos trozos de pan. Mojar pan en la salsa de los langostinos es un placer supremo.