La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) ha reclamado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) que «no abandone» las inversiones en modernización de regadíos ni las traslade en su totalidad al Ministerio de Agricultura, tras la reciente presentación de la nueva planificación hidrológica.
Los regantes recuerdan al departamento que dirige Teresa Ribera que el MITECO ostenta las competencias sobre agua por lo que «no puede renunciar a algo básico y fundamental como es su ahorro».
El secretario general de FENACORE, Juan Valero de Palma, ha defendido que las ayudas de la Unión Europea son una «buena oportunidad para la modernización del regadío, que encaja con todos los objetivos fijados por la Comisión Europea para el reparto de los fondos, y para el correcto desarrollo de los Planes Hidrológicos: determinantes para la gestión del agua en España durante los próximos seis años».
Además, critican que las Confederaciones hidrográficas tienen las competencias de los grandes canales e infraestructuras que garantizan el abastecimiento y los regadíos, por lo que consideran que –al menos en esas infraestructuras– el Ministerio y las confederaciones deberían continuar colaborando y financiando las actuaciones.
En todo caso, FENACORE pide que el primer reto de los planes hidrológicos es que se cumplan, algo que los regantes reclaman desde 1998 y que «por razones diversas» no se han llevado a cabo. Por ese motivo, recelan de los planes de cuenca por la «falta de credibilidad en la planificación hidrológica derivada del incumplimiento por parte de las distintas administraciones a lo largo de las últimas legislaturas de los acuerdos alcanzados con el regadío para elaborarlos».
En esa línea, también manifiesta «cierta desconfianza» hacia la Administración a la que critica que «en los últimos tiempos» parece «amparar posiciones beligerantes y contrarias a los regadíos». De ese modo, acusa al Gobierno de obviar la importancia de disponer agua garantizada en las correspondientes cuencas hidrográficas y su papel a la hora de asegurar la alimentación y el suministro, así como su contribución en la lucha contra el cambio climático y la despoblación de las zonas rurales.
En este contexto, insisten en pedir un nuevo Plan Hidrológico Nacional que devuelva al Estado sus competencias y blinde la Constitución frente a las injerencias políticas en las distintas comunidades autónomas porque en su opinión el «interés localista o partidista está contaminando políticamente la gestión del agua», sobre todo la que discurre por más de una región.
A su juicio, esta situación ha derivado en «una maraña normativa» con «múltiples leyes de agua y 17 administraciones hidráulicas diferentes, que hacen que el reparto no responda a criterios técnicos y que, en algunos casos, vulnere la Carta Magna sin que se persiga el bien común como objetivo prioritario.
El último de sus reproches al Gobierno se refiere a las medidas para atender a las demandas de agua porque asegura Fenacore que «apenas han recibido un 19 por ciento de la inversión prevista en los planes hidrológicos».
Al mismo tiempo recuerda que aún queda casi un millón de hectáreas sin modernizar y que un porcentaje elevado de las obras de regulación y de infraestructuras hidráulicas de interés general no se hayan realizado, pese a haberse recogido en los sucesivos planes hidrológicos.