Ribera ve «imposible» la descarbonización si no se aprovechan las soluciones

La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha advertido de que «es imposible construir la descarbonización si no aprovechamos al máximo las soluciones de las que hoy ya disponemos, y hacerlo rápidamente, dando las señales adecuadas, en regulación y en precio para poder cumplir las obligaciones que como país tenemos, incluidos los objetivos de renovables».

Ribera ha participado este lunes en la presentación del Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática del Basque Centre for Climate Change (BC3), junto al consejero vasco de Educación, Jokin Bildarratz, y la directora del centro, María José Sanz.

En su intervención en la apertura de esta jornada online, la ministra ha valorado el lanzamiento de esta «iniciativa excelente» en el marco de las aportaciones del BC3 basadas en el conocimiento pero también en la capacidad de «desencriptar información absolutamente clave y determinante» para la toma de decisiones.

Ribera ha incidido en que transición energética y acción climática «son quizá dos de las cuestiones más importantes a las que hacer frente» en esta generación y las próximas. En este sentido, ha destacado las conclusiones del Informe Anual Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática con los hitos principales de 2020 que se ha presentado en esta jornada y que ofrece «muchas lecciones en positivo».

La ministra ha señalado, en este marco, que «los que de verdad se toman en serio la descarbonización» advierten de que «es imposible descarbonizar el sistema energético de nuestros países si no activamos el ahorro y la eficiencia energética, la electrificación».

«La máxima electrificación de los usos finales es una receta fundamental para poder lograr la descarbonización y siempre –como ponen de manifiesto las estrategias de largo plazo más solventes de los países de nuestro entorno, la Agencia Internacional de la Energía– queda un espacio sobre el que todavía no tenemos respuesta y tiene que pasar por gases renovables o combustibles sintéticos o veremos qué otras alternativas como el hidrógeno verde», ha planteado.

En todo caso, ha incidido en que «no hay que confundir a las personas: es imposible construir la descarbonización si no aprovechamos al máximo las soluciones de las que hoy ya disponemos. Y hacerlo rápidamente, dando las señales adecuadas, en regulación y en precio para poder cumplir las obligaciones que como país tenemos, incluidos los objetivos de renovables».

Según ha añadido, «esto lleva aparejadas enormes ventajas desde el punto de vista industrial, de la salud pública, de las ciudades saludables, pero también enormes desafíos». Ribera ha señalado que, tal y como refleja el informe que ha presentado el Observatorio, «2020 constituye un récord histórico de cuota de energías renovables». «Cumplimos con nuestro objetivo para 2020», ha señalado la ministra, que ha apuntado que, no obstante, «seguimos con un gran potencial por delante».

«Sabemos que tenemos que trabajar en una mejor incorporación de energías renovables distribuida, incorporación de infraestructuras construidas, combinación y solvencia de un sistema robusto que necesitará aprovechar la digitalización», ha manifestado.

También ha recordado que 2020 ha marcado la «caída definitiva» del carbón, que se ha convertido en una fuente energética «residual». En este sentido, ha incidido en que es «fundamental» que la transición energética «no suponga una pérdida de la calidad de vida, del empleo y de las oportunidades en comarcas y colectivos que, durante generaciones», se han dedicado al trabajo de térmicas con carbón.

Asimismo, ha destacado que el precio de la electricidad ha marcado una caída «significativa» con factores «coyunturales» como una bajada de la demanda que, no obstante, ha sido «inferior a la que cabía esperar» en el contexto «tan peculiar» de 2020.

La ministra ha apuntado que la reducción de precios ha estado asociada a «la regulación y a la penetración de renovables» y ha advertido de que, «mientras contemos en nuestro mix eléctrico con fuentes de generación que deben pagar por la tonelada CO2 emitida, tendremos todavía algunos altibajos significativos cuando el peso de la energía renovable no sea la que marque el precio del kw/h».

También ha valorado que el informe apunta a una «mejora» en los indicadores de pobreza energética y, sin embargo, «queda la gran preocupación de seguir identificando en la pobreza energética una cifra notable, hasta el 11% de los hogares sigue registrando un gasto desproporcionado» en energía, con «un sesgo de género significativo».

LA ACCIÓN CLIMÁTICA

Por otro lado, ha indicado que, pese a la reducción «significativa» de las emisiones, hay que «seguir trabajando en acción climática». «Estamos a las puertas de contar con una ley que marca objetivos en renovables, en eficiencia energética y en reducción de emisiones, de factores difusos muy por encima de lo que marca la UE para el año 2030. Y lo hacemos porque pensamos que es la mejor inversión», ha asegurado.

En esta línea, ha señalado que «la ambición climática sigue estando por debajo de lo que la ciencia alerta como imprescindible para lograr que la temperatura media del planeta se quede en torno al 1,5 grados de incremento respecto a la era preindustrial». «Lo importante es acelerar el ritmo de reducción de emisiones sobre la base de la confianza en que, incluso siendo complejo, hay sendas que marcan con claridad, con convicción y con congruencia cómo hacerlo», ha señalado.