Por qué quitar la mascarilla antes de tiempo puede acabar con los avances contra la Covid

-

Cuando ya se cumple un año desde que el Covid-19 llegó a nuestras vidas, la concepción de usar mascarilla sigue siendo obligatoria. Impensable sería que las mismas no sea utilizadas, con todo y que le han sacado muchos efectos en su contra. Pero, ¿Qué más adverso que un virus por demás inquietante que le ha cegado la vida a más de 72.000 españoles? Cada vez más, los casos notificados por las comunidades autónomas se intensifican, a pesar de que las jornadas de vacunación están en pleno desarrollo.

Entre tantos avances que han ido logrando los profesionales y científicos de la medicina durante los últimos meses, la idea es continuar reforzando los mecanismos de bioseguridad, con el fin de no darle un espacio a que el SARS-CoV-2 siga haciendo de la suyas.

Un panorama que en España nos devuelve al confinamiento, y a que el mismo Ministerio de Sanidad tenga que sumar mayores estrategias para mitigar el impacto tan salvaje de esta enfermedad. Quitar la mascarilla, no es una opción, sería un soga al cuello que acabaría por llevar a un desastre más lóbrego de lo que ya hemos sufrido como sociedad.

3
El miedo que acecha: Las mutaciones del Covid-19

Pudimos haber pensado que el coronavirus no podía mutar, con los meses nos hemos dado cuenta de que sí. Sus variantes llegan a significar una vez más que no es es el momento de bajar la guardia. Tras le llegada de la cepa en el Reino Unido, Europa se vio en la necesidad de aumentar considerablemente las medidas de seguridad; la cuarentena ha sido la constante en medio de una dura batalla que ha puesto en jaque a todo el continente.

Dentro de sus especificaciones, se tiene en consideración su alto nivel de contagio, y su transmisión llega a ser mucho más fácil, a como cuando se desató el caos y fuese declarado el Estado de Alarma. Es así, como en una variante tan contagiosa en análisis tiende a ser más de un 70% transmisible si se relaciona con las primeros casos del Covid-19. Por tal motivo, decir que un mascarilla se quedaría fuera de juego es algo que no se tiene previsto, ni estará quién sabe hasta cuándo.