Fundación Ibercaja reabre el Patio de la Infanta

Fundación Ibercaja ha reabierto en el Patio de la Infanta con la inauguración de una exposición que ofrece una muestra selecta de ocho tapices de los siglos XV al XVII de su colección de 47 piezas, iniciada hace más de 60 años y que es la segunda en importancia en Aragón después de la del Cabildo Metropolitano de Zaragoza.

El director general de Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo, ha explicado en la presentación de esta muestra a los medios de comunicación que el Patio de la Infanta «vuelve a estar» a disposición del público «después de muchos meses cerrado» a causa de las restricciones a que ha obligado la pandemia del coronavirus. Se reabre «con control de aforo y todas las medidas de seguridad» frente a la COVID-19, entre otras, ofreciendo un código QR con detalles de todos los tapices expuestos, ha contado.

Rodrigo ha recordado que el Patio de la Infanta es una «joya arquitectónica del Renacimiento» y última residencia de María Teresa de Vallabriga, esposa de don Luis de Borbón, a la que debe su nombre este patio desde finales del siglo XVIII, que fue erigido por el banquero Gabriel Zaporta y actualmente forma parte de la sede central de Ibercaja en Zaragoza.

Sobre la exposición, el director general de Fundación Ibercaja ha destacado la «calidad» y «magnitud» de la colección de tapices de la que es titular esta entidad, iniciada en 1957 por la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, actual Ibercaja, y cuyo objetivo ha sido «evitar que piezas de enorme importancia salieran de Aragón» y poder traer a la comunidad autónoma «algunos paños de excepcional categoría».

Ha añadido que la entidad ha restaurado todos los paños en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara de Madrid y «los conserva en perfectas condiciones». Con esta muestra, apuesta por el acceso de la sociedad a este patrimonio histórico y cultural «tan notable y excepcional».

En ella, se pueden ver «por primera vez» tapices que son un «tesoro del arte textil» en el marco de la labor de la fundación de «conservación de obras de arte que, de otra forma, se hubieran perdido» para «contribuir al enriquecimiento cultural, ponerlo al alcance del público en general», como «seña de identidad de la fundación, dentro del compromiso con el desarrollo de esta tierra», ha glosado José Luis Rodrigo.

ACCIÓN PATRIMONIAL

El presidente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis y patrono de Fundación Ibercaja, Domingo Buesa, quien ha colaborado con la organización de esta exposición, se ha referido a la labor de la entidad en recuperar «obras importantes» en lo que se refiere a tapices para que no salieran de Aragón y «evitar que estuvieran dispersos», como ha ocurrido con la serie de paños de Ester y Asuero, «que se adquirió para que no abandonara Zaragoza».

Igualmente, ha subrayado el propósito de «incrementar el patrimonio aragonés», como se ejemplifica con la adquisición del tapiz ‘Crucifixión y la Resurrección de Cristo’, de finales del siglo XV, que proviene de un taller de Bruselas y es la pieza más antigua que se puede contemplar en esta muestra.

Con la misma finalidad, ha continuado Buesa, Fundación Ibercaja se hizo con la Serie de Dido y Eneas, que el estado austriaco vendió en una subasta en Roma para hacer frente a las deudas generadas por la II Guerra Mundial.

El presidente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis ha considerado que la exposición reúne «una pequeña, pero importante selección de la colección» de la entidad, con piezas antiguas y con temática de referencias mitológicas y cristianas, «los dos principales ámbitos en los trabajaban los maestros tapiceros de la época».

Las ocho piezas que se exhiben son de Flandes, de los siglos XV, XVI y XVII, con hilos sobre cartones de Rubens, Jordaens o Gaspard van der Bruggen.

Buesa ha precisado que dos de ellas se encuentran entre las más antiguas, la ya mencionada ‘Crucifixión y la Resurrección de Cristo’, que muestra ocho escenas de la vida de Jesús y es la pieza más antigua que se conserva en Aragón de las manufacturas bruselenses. Se compró en 1974 y procede de la catedral de Toledo, cuyo cabildo la subastó en la galería londinense Christie’s en 1893. Es de cartonista anónimo, pero evoca modelos de Roger van der Weyden y Hugo van der Goes.

La segunda es la titulada ‘Nacimiento, circuncisión e infancia de Isaac’, fechada hacia 1550 y que forma parte de la Serie de la Vida de Abraham. Es del cartonista Michel Coxcie y está atribuida al taller de Jacques Geubels de Flandes, Bruselas.

EL RESTO DE PIEZAS

El presidente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis ha señalado que de las otras seis piezas, tres pertenecen a la Serie de Ester y Asuero y otra tres a la de Dido y Eneas. Sobre la primera, ha explicado que narra escenas del libro de Ester, del Antiguo Testamento, una judía que se convirtió en esposa del rey Asuero de Persia, después de que éste repudiara a su mujer. Ester salvará a los judíos de un nuevo exterminio planificado por el lugarteniente del rey, con el consentimiento de éste.

Las piezas están hechas con cartones de Pedro Pablo Rubens, que trabajó «al servicio de la Infanta Isabel de España, casada con el Archiduque Alberto de Austria y por tanto una serie vinculada a la historia de los Países Bajos y de nuestro país», ha expuesto Buesa.

Todas ellas están hechas entre 1620 y 1630 y tiene por título ‘Entrega del anillo a Amán’, ‘Banquete de Asuero’ y ‘Venganza de los judíos’.

Por lo que se refiere a la Serie de Dido y Eneas, es de 1675 y narra la historia de amor imposible entre Dido, reina de Cartago, y Eneas, huido de Troya tras la caída de la ciudad. «Es el relato de la Eneida de Virgilio que acaba con el suicidio de Dido», ha apuntado Buesa.

Las tres tienen como cartonista a Jacob Jordaens. Se titulan ‘Cena de Dido y Eneas’, ‘Sacrificio de un buey’ y ‘Dido sacrifica’. Las dos primeras son del taller de Pieter van den Berghen y la tercera del de Gaspard van der Bruggen.

El presidente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis se ha referido también al conjunto de obras que componen la colección de 47 tapices de Fundación Ibercaja, con piezas de entre los siglos XV y XVIII de los talleres de Bruselas, Gobelinos –París– y de la Real Fábrica de Tapices de Madrid.

CULTURA, PENSAMIENTO Y PROGRESO

Domingo Buesa ha subrayado la importancia de que la sociedad pueda acceder a este legado patrimonial y «acercar la historia» porque «solo desde la cultura se puede producir el pensamiento y solo desde el pensamiento se puede producir el progreso y el futuro», algo que «estamos olvidando y que nos va a pasar factura».

Ha añadido que se ha trabajado en esta muestra desde el verano, si bien no se ha podido inaugurar hasta ahora y permanecerá durante bastante tiempo en el Patio de la Infanta, con la posibilidad de mostrar otros tapices.

Desde Fundación Ibercaja han recordado que el tapiz es un arte tradicional que servía para preservar del frío castillos y palacios cumpliendo una función decorativa y de representación ya que se reproducían escenas de temas religiosos o mitológicos.

Desde la Edad Moderna, a partir del siglo XV, estas obras cumplieron funciones suntuarias y sirvieron para expresar la magnificencia, la posición social o el poder económico y político de sus propietarios.

La muestra puede visitarse de forma gratuita y libre hasta completar el aforo, que actualmente es del 25 por ciento y de 20 personas, de lunes a viernes, de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas, y los sábados, de 10.00 a 14.00 horas.