Informe ofrece claves a las empresas para crecer de forma inclusiva

El IV informe del Observatorio empresarial para el crecimiento inclusivo (OEPCI), titulado ‘Crecimiento inclusivo. En busca de una prosperidad compartida’, ofrece recomendaciones a las empresas para alinear su actividad con la filosofía del crecimiento inclusivo, es decir, un crecimiento económico empresarial cuyos beneficios se distribuyen por toda la sociedad, en busca de una prosperidad «queno deje a nadie atrás».

El primer objetivo del informe es concienciar sobre la realidad de la pobreza y la exclusión en España. El equipo investigador ha analizado los niveles de desigualdad y pobreza a través de los índices de Gini y los índices de desarrollo humano, considerando también las previsiones globales tras la COVID-19.

El Banco Mundial prevé que en 2021 la pobreza extrema en el mundo aumente en 150 millones de personas. Entre otros datos, el OEPCI destaca que un 15% de la población española –6,8 millones de personas– sufre temperaturas inadecuadas en su vivienda.

«La pandemia ha traído nuevos indicadores de pobreza. En España, hay 235.000 hogares que solo tienen acceso a internet a través de su teléfono móvil, lo que influirá también en el nivel educativo de los niños y jóvenes de la familia», ha apuntado la coordinadora de proyectos OEPCI y directora de investigación en Fundación CODESPA, Mónica Gil Casares.

El informe se pregunta si «las empresas pueden realmente hacer algo por revertir la situación». Jordi Canals, de IESE Business School, contesta en una de las entrevistas incluidas que «hoy hay un resurgir de empresas que quieren ser rentables, pero con un componente social muy fuerte, que dan trabajo a personas con discapacidad y de alta vulnerabilidad social, que crean puestos de trabajo sostenibles para personas con estas características».

Además, la secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro, destaca que «es importante integrar en el trabajo a personas de baja empleabilidad» y que «las empresas que lo hagan tienen que ser premiadas o motivadas de alguna manera, porque el rendimiento de muchas de esas personas que contratan, en un primer momento, puede ser menor porque tienen otro tipo de problemas».

En este sentido, el informe va más allá del diagnóstico, para inspirar y llamar a la acción, incluyendo casos prácticos, pautas de acción y ejemplos de empresas que pueden servir de inspiración y guía para el sector privado hacia una economía más inclusiva.

Una idea del estudio es que las empresas pueden favorecer la inclusión con la actividad propia de su negocio, en su relación con empleados, proveedores o clientes. «La capacidad de escucha hacia los grupos de interés y la innovación social para adaptar los productos y servicios a sus necesidades, serán las herramientas clave para conseguirlo», indica.

El informe también profundiza en la educación, la formación y el empleo como caminos clave hacia la inclusión social. El centro del informe es, sin embargo, el papel de las empresas en la búsqueda del crecimiento inclusivo.

La filosofía del crecimiento inclusivo, según precisa el estudio, implica un «salto cualitativo» respecto a la responsabilidad social corporativa o a la filantropía. «Ya no se trata de llevar a cabo proyectos sociales, sino de conseguir un impacto social de forma transversal, desde las diferentes áreas de la empresa», indica el documento.

ACUERDOS ÉTICOS CON LOS PROVEEDORES

Según precisa, una empresa crece de manera integradora cuando se ocupa de generar bienes y servicios que aporten valor a las personas y de atender a potenciales clientes ahora excluidos. Implica acuerdos éticos con los proveedores, tener políticas de contratación para colectivos en riesgo de exclusión, generar oportunidades para actores económicos más débiles y apoyar a las comunidades en las que se opera a través de sus cadenas de suministro.

Además, añade que el crecimiento inclusivo empieza desde dentro, reduciendo brechas salariales, garantizando la inclusión en la plantilla, apostando por la formación y el desarrollo de los empleados.

Se trata, dice, de una nueva forma de entender el propósito empresarial. Precisamente, esto es lo que han entendido CODESPA y un nutrido grupo de socios estratégicos de la fundación, como el IESE Business School, The Boston Consulting Group, Deloitte y Open Value Foundation, entre otros, al iniciar el proyecto Prosper4ALL.

Esta iniciativa aspira a «crear un marco de análisis y medición del compromiso de las empresas en la búsqueda del impacto social y la inclusión a través de sus áreas de negocio y hacia todos sus grupos de interés».

En la investigación se ha contado con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Instituto de Comercio Exterior (ICEX). Han participado en ella 31 empresas privadas, 10 Fundaciones y organizaciones empresariales, 6 centros de investigación, 2 organismos públicos, organismos internacionales y ONGs.

La investigación y los informes anuales del OEPCI son posibles gracias a BBVA, Divina Pastora Seguros, Fundación ‘La Caixa’, Open Value Foundation, Fundación UNIR, Fundación KPMG y Sener. Por su parte, IESE Business School y Boston Consulting, están implicados en las líneas de investigación, estrategia y desarrollo del OEPCI. También contribuyen al trabajo del observatorio Arquia y Fundación Ramón Areces.