Fondo Mundial de lucha contra el Sida, Tuberculosis y Malaria avisa de que el Covid puede frenar los logros alcanzados

El Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria ha hecho un llamamiento a la acción para invertir «urgentemente» en la protección de décadas de avances en la respuesta al VIH, la tuberculosis y la malaria, que se están viendo amenazadas por el efecto dominó de la pandemia de Covid-19.

Según el informe, la asociación ha salvado 38 millones de vidas desde 2002, seis millones de ellas tan solo en 2019. Esto representa un incremento del 20 por ciento respecto al año anterior, un progreso notable que ha sido posible gracias a la mejora de la eficiencia en la prestación de servicios, el éxito a la hora de detectar y tratar con medicamentos vitales a más personas, los ahorros en los productos sanitarios y las mejoras en la colaboración dentro de la asociación del Fondo Mundial.

En general, las muertes causadas por el sida, la tuberculosis y la malaria cada año se han reducido casi un 50 por ciento desde que tuviera lugar el pico de las epidemias en los países donde el Fondo Mundial realiza inversiones. Sin embargo, el trabajo ha mostrado que gran parte de estos avances podrían perderse debido al efecto dominó de la pandemia de Covid-19.

Y es que, las muertes y las infecciones por VIH, tuberculosis y malaria podrían dispararse en los próximos 12 meses. «El Informe de resultados de este año demuestra que un mundo unido, liderado por el compromiso sólido de las comunidades, puede actuar conjuntamente para hacer retroceder las enfermedades. Hemos realizado avances extraordinarios, pero ahora la COVID-19 amenaza con revertir los logros que tanto trabajo nos ha costado conseguir. No podemos permitir que esto ocurra. Debemos unirnos para luchar», ha destacado el director ejecutivo del Fondo Mundial, Peter Sands.

En concreto, los logros que se reflejan en el Informe de resultados 2020 son consecuencia de los esfuerzos realizados por una amplia variedad de actores que conforman la asociación del Fondo Mundial, entre los que se encuentran los gobiernos ejecutores, los organismos multilaterales, los asociados bilaterales, los grupos de la sociedad civil, las personas afectadas por las enfermedades y el sector privado.

En 2019, el Fondo Mundial realizó grandes avances en diversos frentes. Aunque las niñas siguen estando desproporcionadamente afectadas por el VIH en comparación con los varones de su mismo grupo de edad, las tasas de infección entre niñas adolescentes y mujeres jóvenes han caído un 51 por ciento desde 2010 en 13 países prioritarios de África subsahariana en los que el Fondo Mundial realiza inversiones.

El Fondo Mundial también financió la compra de 3,7 millones de estuches de autodiagnóstico. El acceso a diferentes métodos de pruebas es fundamental para que el VIH deje de ser una amenaza a la salud pública.

Una iniciativa estratégica del Fondo Mundial con ‘Stop TB Partnership’ y la OMS que se centra en 13 países con la mayor carga de tuberculosis ha acelerado el progreso en la búsqueda de personas con tuberculosis «no detectada» personas que no son diagnosticadas, no tratadas y no declaradas, y que podrían morir o continuar transmitiendo la enfermedad a otras personas sin tratamiento.

La brecha entre las notificaciones de TB y la incidencia de TB en los 13 países seleccionados cayó del 49 por ciento en 2014 al 33% en 2018. Además, y con el fin de proteger a las personas de la malaria, el Fondo Mundial trabajó con sus asociados para reducir el precio de los mosquiteros tratados con insecticida a menos de dos dólares.

Por su parte, el costo total del tratamiento contra la malaria se redujo a 0,58 dólares en 2019. Los ahorros conseguidos permitieron comprar más de 14 millones de mosquiteros adicionales y ofrecer tratamiento para la malaria a más de 24 millones de personas más.

LA COVID-19, UNA GRAN AMENAZA PARA ESTOS AVANCES

Según el informe, el volumen de pruebas de VIH se ha reducido a la mitad en algunos lugares, y los nuevos casos de tuberculosis notificados han caído hasta un 75 por ciento, lo que podría contribuir a un aumento de las nuevas infecciones, puesto que las personas que desconocen su estado siguen transmitiendo la enfermedad.

Muchos países se han visto obligados a retrasar las campañas de distribución de mosquiteros, dejando así sin protección a las personas vulnerables a la malaria, en su mayoría niños. El Fondo Mundial ha respondido con premura para ayudar a los países a hacer frente a estas dificultades.

Desde marzo de 2020, ha aprobado alrededor de 700 millones de dólares para 103 países y 11 programas multipaís con el fin de luchar contra la Covid-19 aumentando las pruebas, el rastreo y la protección de los profesionales sanitarios de primera línea; adaptando los programas vigentes de VIH, tuberculosis y malaria para salvaguardar los logros conseguidos; y reforzando los sistemas para la salud con el fin de que no colapsen y estén preparados para administrar el tratamiento y las vacunas de la Covid-19 una vez estén disponibles.

«Nos encontramos en un punto de inflexión. Podemos renunciar a los logros que hemos conseguido en la respuesta al VIH, la tuberculosis y la malaria, y permitir que nuestros progresos en pos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible retrocedan drásticamente. O bien, podemos actuar con rapidez y a escala, invertir muchos más recursos de los que ya se han comprometido y contrarrestar tanto el impacto directo de la Covid-19 como su efecto dominó en el VIH, la tuberculosis y la malaria», ha zanjado Sands.