La cerveza no tiene la culpa de tu barriga cervecera

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Ya se acaba el verano y es momento de comenzar con la rutina y volverse a poner los pantalones y camisas, pero notas que tienen más dificultad para abrocharse o para entrar. La barriga cervecera, consecuencia de los excesos estivales, es la que está haciendo que parezca que tu ropa encoge. Seguro que te has pasado con la cerveza en vacaciones.

Pero no es la cerveza la que hace que hayas almacenado unos kilitos durante este mes de descuido ni que hayas añadido una X a tu talla habitual de camiseta. Hay otras muchas razones por la que esto ha pasado y no ha sido el zumo de cebada el que te ha causado este efecto. Vamos a analizar qué hábitos has tenido para aumentar tu barriga cervecera.

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Evitar la barriga cervecera

Aunque tengamos una tripa cervecera, podemos quitárnosla, pero con esfuerzo. Lo mismo para el que todavía no la tiene y la teme. Lo primero que debemos hacer es cuidar la dieta. Debemos evitar el abuso de carbohidratos y de azúcar. Comer más sano y de una forma más saludable. Mezclando todos los alimentos de la pirámide alimenticia.

Otra de las cosas que debemos hacer para evitar la barriga cervecera, además de tomar cerveza en abundancia, es ser activos. Hacer deporte, andar, correr, salir a montar en bici, ir al gimnasio. Cualquier cosa vale con tal de quemar suficientes calorías para que el cuerpo no las almacene en nuestro abdomen. Lo mejor es ir a un nutricionista profesional y dejarnos aconsejar por una dieta personalizada para nosotros para perder peso y así poder eliminar la barriga cervecera y poder vernos los pies de nuevo.

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