Podemos se sacude la presión del PSOE y exige reuniones con propuestas

Podemos no ha querido entrar a lo que considera una estrategia del PSOE basada en filtrar a los medios de comunicación supuestos vetos personales o límites de rango a sus aspiraciones a un Gobierno de coalición y pedir a este partido que responda a ellos como si la oferta estuviera lanzada; en su lugar, exige que se les convoque a una reunión y en ella los socialistas trasladen las propuestas.

Tras varios días en los que ningún dirigente del partido salió a responder, ni en público ni en privado, a los comentarios de los del PSOE limitando a cargos de segundo nivel los puestos que reservarían a Podemos en el eventual “Gobierno de coalición”, ayer por la tarde el secretario general, Pablo Iglesias, devolvió la pelota a los socialistas negándose a entrar en la “partida de ping-pong de ultimátum que nos hagan a través de los medios de comunicación” en la que cree que le ha querido meter la formación de Pedro Sánchez.

En el equipo de Iglesias reprochan al PSOE que en los últimos días dirigentes como la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, o el secretario de Organización, José Luis Ábalos, o incluso otros desde el anonimato, hayan salido “disparando tiros al aire”, ni siquiera coherentes entre sí, como poner por un lado el veto en Iglesias, y, por otro, limitar a secretarías de Estado el rango que como máximo ostentarían los miembros de Podemos que entren en el Ejecutivo.

“Si quieren hacer a Iglesias director general de Parques y Jardines, al menos que nos lo digan, y responderemos si nos interesa o no”, comenta con hilaridad uno de los colaboradores del líder de Podemos. Otro niega que en la reunión de Sánchez e Iglesias en el Palacio de la Moncloa el pasado lunes 17, que no duró ni media hora, el primero trasladara ninguna propuesta o fijara ningún límite concreto a las aspiraciones del segundo. Iglesias y la portavoz del Consejo de Coordinación de Podemos, Noelia Vera, remarcaron ayer que Sánchez no fijó ningún veto personal al primero en sus reuniones.

Por eso, Podemos quiere que les convoquen a una reunión formal para hablar tanto del programa de gobierno como de las personas que compondrán el Ejecutivo, en lugar de trasladar a los medios de comunicación mensajes que implícitamente culpan de que no se negocie la investidura a las presuntas ambiciones personales de Iglesias de llegar a ser ministro. Éste, en cualquier caso, eludió ayer por la tarde contestar a la pregunta de si sería posible un acuerdo sin que él ostentara una de las carteras.

En Podemos niegan también que se hayan producido contactos a niveles inferiores con el PSOE, como aseguraron fuentes socialistas a ‘La Vanguardia’ el domingo y luego desmintió Moncloa. Por tanto, lo dejan todo a expensas de esa convocatoria de reunión formal a la que emplazan a Sánchez.

La formación de Iglesias duda de que la táctica del PSOE de dejar pasar los días aumente la presión sobre sus hipotéticos socios de investidura, y de la conveniencia de dilatar la reunión con ellos buscando vías alternativas como la abstención del PP, con cuyo presidente, Pablo Casado, se reunió ayer Sánchez, o de Ciudadanos, que aseguró también ayer que su líder, Albert Rivera, había sido convocado pero se negó a acudir recordando que ya ha anunciado repetidamente que votará no.

Podemos insiste en que sería Sánchez quien más podría perder en caso de repetición electoral, puesto que frente a unos escaños que podrían dejarse ellos en las nuevas urnas el presidente del Gobierno en funciones podría verse superado por una hipotética candidatura unida de la derecha, con lo que se dilapidaría su oportunidad única de gobernar. Y, si los socialistas siguieran sumando más junto a Unidas Podemos, la situación sería exactamente igual que la actual, con la necesidad de ponerse de acuerdo pero con la confianza rota si la alianza no fructifica de aquí a la primera investidura.

Lo que no aclaran en Podemos es qué harían si, efectivamente, Sánchez convoca a Iglesias y le traslada oficialmente que sólo le permitirá acceder a puestos secundarios de gobierno o que él no podrá entrar personalmente en el Ejecutivo. Ayer por la mañana, en Radiocable, sí resaltó que Podemos tiene un apoyo “suficientemente importante para que lo hagamos valer y no vayamos a permitir que se falte el respeto a nuestros votantes”, algo que se cometería, denunció, si no se diera entrada en el Gobierno a dirigentes de su partido. Pero en cualquier caso serían los inscritos del partido quienes tendrían la última palabra.

(SERVIMEDIA)