Madrid se convierte en la plaza de Burdeos de la mano de Crus et Domaines de France

Un evento en el que han participado grandes personalidades de la gastronomía y el vino entre las que destacan el chef José Andrés, Agustín Trapero, sumiller del Four Seasons; Gustavo Garcìa Sommelier, del Mandarín Oriental Ritz o Susana Barros, del Hotel Santo Mauro.

La place de Burdeos es el Wall Street de los vinos. No es para menos, puesto que allí se comercializan, desde hace cuatro siglos, los grandes caldos de la historia, los Burdeos. Todos los años en primavera se venden en primeur (en primicia) los vinos de la vendimia anterior. Se trata del mayor espectáculo del mundo en la comercialización de los grandes vinos. Los Châteaux de la zona ofrecen en primeur su vino embrionario, un vino en pleno proceso de maduración que todavía permanece en barrica, del que los grandes enólogos ya pueden predecir su calidad. De forma exclusiva, en la place de Burdeos se negocian precios y cantidades de vinos que, dada su calidad, muchas veces se adquieren incluso como inversión. La entrada a ese Wall Street del vino es un privilegio que poseen pocas empresas en el mundo.

Después de cuatro siglos de tradición, en 2020 la pandemia obligó a cerrar la plaza por primera vez en su historia, de manera que los negociants se vieron obligados a tirar de ingenio. Así, la bodega Crus et Domaines de France (CDF), propiedad de la Familia Helfrich que se encuentra entre los cinco primeros négociants autorizados en operar en la Plaza de Burdeos decidió modificar la tradición. “Si los compradores no podían acceder a la plaza, nosotros decidimos trasladarla a sus ciudades”, confiesa Laurence Helfrich, directora comercial y de marketing de Les Grands Chais de France.

Tras el éxito obtenido, Crus et Domaines de France, bodega perteneciente al grupo Les Grands Chais de France que controla un mercado anual de 500 millones de botellas y es el número uno en exportación de vinos franceses a 173 países, decidió dar una vuelta de tuerca más. Por primera vez en la historia, la avanzada de Burdeos ha aterrizado en España. “Los primeurs de Burdeos es un evento muy exclusivo en Francia”, explica Paola Cuadrado, directora comercial de CDF en España y Portugal. “Viendo el éxito de las primeras salidas en Francia, me puse como objetivo ofrecer a nuestros clientes españoles la oportunidad de catar los vinos de Burdeos en primeurs. Muchos todavía no trabajan este tipo de gama premium. Para catar y trabajar con los vinos de Burdeos hay que entender su funcionamiento y su evolución en los últimos años. Así que lo vi claro, había que traer la avanzada a Madrid y de la mano de Olivier Poussier ofrecer a los especialistas dos masterclass en las que el Mejor Sumiller del Mundo del año 2000, crítico para la RVF (Revue des Vins de France) y miembro del jurado del Mejor Sumiller del Mundo, explicara como es la cosecha de 2021”.

Por la plaza de Burdeos madrileña han pasado grandes personalidades de la gastronomía entre los que destacan el chef José Andrés; Manuel Jiménez, Mejor Sumiller de 2017; Agustín Trapero, Chef Sumiller del Four Seasons; Susana Barros, del Hotel Santo Mauro, el equipo de sumillería del grupo Paraguas con Bosco Padín o los críticos Víctor de la Serna y Juancho Asenjo.

“Hemos tenido una aceptación estupenda, con un 98% de asistencia de los invitados y esto en Madrid en el mes de mayo es todo un hito. Deseo que Madrid pueda convertirse en el escenario de los primeurs de Burdeos de la península ibérica, por su centralidad y su conexión internacional, de ahí que esperamos repetir la experiencia el año que viene “, recalca Cuadrado

Los burdeos de 2021

Sostiene Olivier Poussier que 2021 “ha sido un año complicado para el vino de Burdeos porque tras pasar un mes de marzo templado, con 23 grados de media, las heladas de abril complicaron el proceso”. Lo cierto es que los caldos de la cosecha del 21 rezuman una graduación moderada “no pasa de los 13,5 grados”, que es absolutamente “lo opuesto a lo que cabría esperar con el calentamiento climático”, matiza el mejor sumiller del mundo. Con tanto cambio de temperatura, el rendimiento ha sido bajo, “casi un 20º% de lo habitual en esta denominación”. Otra sorpresa que presentan los vinos de Burdeos del 21 es que son caldos mucho más ligeros y frescos de lo que lo que pueda establecer el imaginario popular. “Sorprenden porque no son vinos ni pesados, ni densos”, algo que Poussier considera como “un reencuentro con el clasicismo bordelés”.