El arzobispo de Toledo insta a salir de la pandemia «con una entrega de vida y con corazón»

El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, ha instado a salir de la pandemia «con una entrega de vida y con corazón» y no ocultarse «con la que está cayendo», según recoge en su escrito semanal, titulado ‘El día después’.

«Actualmente percibimos confrontación y conflictos, con pocas soluciones para dar respuesta a las personas que viven tremendos dramas: el sin sentido de la vida, paro, eutanasia, problemas ecológicos, derechos humanos, hambre, migración, aumento espectacular de pobres en nuestra sociedad», recoge monseñor Cerro, que se pregunta «cuál debe ser la respuesta con la vida y con el corazón de los cristianos que caminan en Toledo».

Aunque «no tenemos la varita mágica para las soluciones» pero sí a Jesús y el Evangelio, con los que «sabemos que saldremos», indica, el arzobispo anima a «no ocultarnos sin dar la cara y la vida con la que está cayendo, engrosar una y otra vez la unidad de quemados intensivos, que se instalan en la queja y no ven ningún motivo de esperanza».

En este punto, considera «fariseos» a aquellos que se dedican a «vivir solo de una manera virtual, a través de las redes sociales y desde el anonimato o seudónimo, convirtiéndose en auténticos maltratadores, por atacar sistemáticamente a las personas de Iglesia o civiles, sin dejar títere con cabeza y no mojándose nada, porque nunca darán la cara» y asegura que utilizan «la misma táctica que en la Pasión de Jesucristo».

Frente a esta situación, propone tres soluciones: la de anunciar a Jesucristo a todos, punto en el que recuerda que la Iglesia solo existe para evangelizar; la de ser sal y luz del mundo, y una iglesia de puertas abiertas –recuerda aquí el Jubileo de la Virgen de Guadalupe–, y la de no relegar la religión a la sacristía pues «una auténtica fe –que nunca es cómoda e individualista– siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra».

«En estos momentos, el día después, la Iglesia tiene que seguir cumpliendo su misión. Con María nuestra Madre, en este ‘hospital de campaña’ hay que trabajar pastoralmente, para que todos en la Archidiócesis sigan sembrando esperanza y se desechen el odio y el enfrentamiento», concluye el arzobispo.