Iglesias confiesa «miedo a decepcionar» en el Gobierno y niega tácitamente un referéndum de autodeterminación

El inminente vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, reconoció este martes «miedo a decepcionar” a sus seguidores y a los colectivos sociales ahora que va a estar en el Ejecutivo, pero subrayó que “vale la pena arriesgarse”.

En una entrevista en LaSexta el líder de Podemos descartó tácitamente que la mesa de negociación entre el Gobierno central y el catalán vaya a terminar en un referéndum de autodeterminación, al avisar, como ha hecho en otras ocasiones, de que “todos vamos a tener que ceder, ERC también”, y que la Constitución marcará “los límites de cualquier acuerdo”.

Iglesias respondió así cuando se le preguntó si la votación de los acuerdos de la mesa por la sociedad catalana equivaldrá al referéndum de autodeterminación que pretende ERC. El líder de Podemos apuntó también que, en cualquier caso, esa consulta será el «punto de llegada» de una negociación que “no se va a resolver en pocos meses”, sino “después de mucho tiempo negociando”.

No obstante, sí dejó entrever que a él le parece bien que la negociación termine en una votación en Cataluña, porque “es bueno preguntar a la gente en Cataluña lo que piensa” y “que lo acabe votando la ciudadanía en Cataluña es una cuestión de sentido común democrático”.

Ante el dilema de si en esa votación han de participar sólo los ciudadanos catalanes o todos los españoles, Iglesias recordó que “los estatutos de autonomía se votan en las comunidades autónomas” e, incluso, la ley orgánica que regula los referendos habla de que los resuelvan “las provincias afectadas”. Ahora bien, también reconoció que cualquier fuerza política podrá plantear que, si el acuerdo obliga a una reforma de la Constitución, ésta la tengan que refrendar todos los españoles.

«GESTIONAR EL CONFLICTO»

A una pregunta posterior, Iglesias justificó haber empleado en el debate de investidura la expresión “presos políticos” para referirse a los independentistas catalanes condenados por el Tribunal Supremo, ya que el delito de sedición por el que se les ha sentenciado es, de hecho, uno de los “tipos penales que pretenden defender al Estado de determinados comportamientos políticos”.

Acto seguido reconoció que lo que hicieron los líderes independentistas “no es ajeno al Derecho”, pero insistió en su enfoque habitual de que la judicialización del conflicto no ha acercado a una solución y de que la rectificación a manos de los tribunales europeos “hace mucho daño a España y a la imagen de los tribunales”. Por ello, confía en negociar y llegar a un acuerdo que permita “gestionar” el conflicto “de una manera más sensata”.

(SERVIMEDIA)