Si estás a dieta y sientes que estás pasando hambre, algo no estás haciendo bien. Según el Instituto Médico Europeo de la Obesidad, IMEO por sus siglas, “cerca de la mitad de la población está entrando y saliendo asiduamente de diferentes tipos de pautas dietéticas con resultados a corto plazo y volviendo de nuevo a los antiguos malos hábitos”.
Si este es tu caso, entonces hemos venido en tu ayuda, porque te traemos trucos para que triunfes si te vas a poner a dieta o ya estás haciendo una, así que toma nota de nuestras recomendaciones, para que no sientas que pasas hambre.
¿Qué dice el IMEO sobre las dietas?

El IMEO ha indicado que “los últimos estudios señalan que los que se ponen a dieta llegan a probar hasta un mínimo de tres enfoques nutricionales diferentes y sólo el 38,7% de los que se ponen a dieta optan por un planteamiento equilibrado“.
Llevar un planteamiento equilibrado supone planificar previamente cómo se va a hacer una dieta, para que no pasemos hambre, no en que eliminemos un producto de los que habitualmente consumimos, o que reduzcamos la sal, o sustituir las comidas por barritas energéticas, batidos o líquidos, de hecho eso se considera una dieta disociativa, no muy sana para el organismo.
El control es la clave

Hacer una planificación de 5 o 6 comidas diarias, con los alimentos adecuados y adoptar costumbres saludables es la clave para hacer una dieta con éxito y no sentir que pasamos hambre, lo que al mismo tiempo impedirá que suframos trastornos de tipo gastrointestinal, debilidad en los tejidos, pérdida de vitalidad, irritabilidad, perder masa muscular, sufrir del efecto rebote, tener problemas hormonales, perder la efectividad del metabolismo e incluso desnutrición.
Busca la asesoría de expertos

Hay que recibir asesoramiento de un experto, seguir un control, tener una buena planificación de las comidas y de lo que podemos comer o lo que deberíamos consumir, porque eso hará que la dieta quede bien configurada, y no pasaremos hambre, que es la causa común por la cual muchas personas abandonan las dietas.
Hay que moderar nuestros hábitos

Sin duda, has pasado por momentos en los que has sentido más hambre de lo que es habitual, y en eso puede jugar un papel importante tu estado de ánimo, haciendo que consumamos más alimentos o una menor cantidad de ellos. El caso es que, si deseas reducir la cantidad de alimento que vas a ingerir, hay trucos que puedes implementar para que controles las ganas de comer y distingas el hambre real vs el hambre emocional.
Sentir hambre produce una sensación de insatisfacción con uno mismo, pero de lo que se trata es de que hagas una dieta sin que tengas que renunciar a disfrutar de los alimentos. Ahora bien, el hambre es una necesidad fisiológica que nos impulsa a comer, que nos indica que es el momento para comer.
¿Es hambre o es gula?

Cuando dan las tres de la tarde y lo que llevas en el estómago es lo que desayunaste al levantarte, lo más probable es que sientas que tienes hambre, pero eso no es lo mismo que la gula, que es una situación en la cual el apetito se relaciona con otros factores, como un cambio hormonal, estar aburrido, sufrir de estrés o tener ataques de ansiedad y sea ese el motivo por el que siempre tienes hambre.
Tenemos que ser capaces de identificar y sabes gestionar los mecanismos que nos disparan las ganas de comer y conocer la diferencia entre cuando sentimos hambres y cuando lo que sentimos es gula, y limitarnos en este último caso a la ingesta de lo que sea más saludable y sano, en las proporciones correctas.
Beber agua

No solo se trata de que beber agua es vital para nuestro organismo, sino que al tomarla vamos a tener una sensación de saciedad, y nos impide comer más de lo que necesitamos. Por ello, se recomienda siempre tener a la mano una botella o termo con agua y beber de él en el momento en que tenemos la sensación de que estamos hambrientos.
Ahora bien, estamos conscientes de que el agua no tiene sabor, nos resulta insulsa y que a muchos les resulta cuesta arriba tomarse los dos litros que mínimamente se recomiendan diariamente, por lo tanto, una opción aún mejor es tomarla en infusiones con un sabor que nos guste, como puede ser con té verde.
Hacer entre 5 y 6 comidas por día
Cuando estés planificando tu dieta, asegúrate de que el régimen incluye, por lo menos, cinco comidas diarias, ya que no es recomendable dejar que pasen muchas horas entre una comida y otra, porque, en ese caso, el estómago se nos va a cerrar. Por ello, lo que resulta ideal es elaborar un plan de comidas y apegarnos totalmente a él.
Cuando se tiene un plan de comidas, podremos mantener a nuestro organismo totalmente energizado y eso nos ayudará a que aceleremos el metabolismo, haciendo que desaparezcan las ganas de comer.
No tomes alimentos que sean ricos en azúcares

Nunca será recomendable ingerir alimentos que estén repletos de azúcar blanca refinada en su preparación, porque lo que hacen es aportar calorías a nuestro organismo, sin tener valor nutricional alguno. Otra cosa que debes tener en cuenta es que este tipo de alimentos ciertamente aportan energía, pero son de muy rápida asimilación.
Eso quiere decir que, cuando tomamos alimentos azucarados con azúcar blanca, lo que va a ocurrir es que rápidamente vamos a tener nuevamente hambre.
Toma alimentos que sean ricos en fibra

Si realmente quieres bajar de peso, y evitar picotear entre horas, tiene suma importancia la elección de los alimentos que tenemos que consumir. Lo óptimo es que se trate de alimentos que sean ricos en fibra, porque su ingesta hace que nos sintamos saciados por mucho más tiempo.
Las dietas que son ricas en fibras como cereales integrales, avena o algunas clases de verduras, como es el caso de las acelgas o las espinacas, no sólo nos harán bajar de peso, sino que nos sentiremos más saludables e impedirán que tengamos ganas de picotear entre las horas en las que debemos hacer nuestras comidas reglamentarias.
Masticar chicles ayuda

No se trata de una medida que suela ser muy recomendada, lo cierto es que en determinados momentos masticar chicle es una medida eficaz para que dejemos de comer, o consumir cosas que no debemos. El chicle viene a ser una buena manera de engañar al estómago, enviándole una señal falsa de saciedad.
Otra cosa que puede ocurrir cuando masticamos chicles es que nos va a ayudar a calmar la sensación de ansiedad, de modo que podremos liberar el estrés, sobre todo si somos individuos que son bastante ansiosos, o que compensamos nuestros niveles de ansiedad comiendo todo lo que nos pasa por delante.















































































































































































































































































































