Aspiradora con agua, la evolución de las aspiradoras tradicionales

El mundo de las aspiradoras ha cambiado desde que se inventara la primera de ellas en 1901, hace ahora 120 años. Han evolucionado y cambiado, modernizado y adaptado a las nuevas tendencias y tecnologías. Las aspiradoras de más de 150 kilos y que solo unos caballos eran los que conseguían moverlas han pasado a ser más livianas y fáciles de controlar. Sus sistemas de filtrado del polvo dejaron hace mucho tiempo atrás las bolsas para encontrarnos con aspiradoras ciclónicas o con una aspiradora con agua capaz de mantener el polvo encerrado en un cubículo del que no puede volver a escapar.

Cada vez son más los hogares que han dejado a un lado el cepillo de barrer para pasar a tener una aspiradora, bien de mano, bien autónoma, que haga el trabajo de recoger el polvo de una manera más sencilla y práctica. Pero, como todo, tuvo un inicio hasta llegar a lo actual.

Los primeros pasos de las aspiradoras

La primera aspiradora que se inventó fue fruto de la creatividad de Hubert Cecil Booth, un ingeniero británico que, en 1901, inventó una máquina de limpieza por succión. Sin embargo, esta no era útil para los hogares debido a su elevado peso. Pero gracias a este invento muchos otros comenzaron a hacerle variaciones hasta que, en 1907, y de la mano de James Spangler, surgió la primera aspiradora portátil.

Spangler no era más que un conserje de una tienda de Ohio que pensó en combinar un motor, una funda de almohada y una caja de jabón grapada al manga de una escoba para que su «modelo de aspiradora» diera en la tecla con lo que se estaba buscando. Un año después, mejoró su diseño, consiguiendo patentarla en 1908.

Fue esa la patente que William Hoover compró y que inició lo que sería la sociedad The Hoover Company, comercializando por todo Estados Unidos, y después por todo el mundo, los primeros aspiradores portátiles.

De hecho, se le debe atribuir a esta empresa la fabricación de la aspiradora para alfombras (en 1926); o el tubo extraíble (en 1936).

A pesar de que The Hoover Company tenía la patente de la aspiradora, hubo otras empresas que introdujeron mejoras en su diseño. Tal es el caso de Air-Way Sanitizor Company, fundada en 1920 y que consiguió cambiar la bolsa de tela tradicional por una desechable, hecha de fibra de filtro, que era capaz de retener las partículas de polvo para evitar que estas salieran una vez aspiradas. Esta misma empresa fue la que logró el filtro HEPA.

Pero, sin duda, la revolución dentro del sector de las aspiradoras llevó con la marca Dyson. Concretamente con James Dyson quien fabricó un aspirador que acababa con todos los problemas de los de sus competidores: no se bloqueaba, no perdía potencia de succión y no se estropeaba con el uso. Así fue la Dyson Dual Cyclone, también conocida como DC01, con un ciclón que movía las partículas de polvo para conseguir un rendimiento máximo.

Con el año 2000 llegaron las aspiradoras sin cable

Fue en el año 2002 cuando las aspiradoras volvieron a sufrir toda una revolución al salir a la venta algunas que no tenían una limitación de cable para limpiar, sino que funcionaban con batería dando libertad a quien la usara para poder recorrer toda la habitación sin que tuviera que controlar la longitud del cable.

Además, eran más ligeras y ocupaban menos espacio, si bien pecaban en una menor capacidad de succión que fue resolviéndose con modelos más avanzados.

Ese mismo año salieron a la venta los robots aspiradores, así como aspiradoras que no «seguían» los patrones tradicionales, es decir, no usaban la típica bolsa para almacenar el polvo. Así, llegaron las aspiradoras de agua.

Las ventajas (y desventajas) de las aspiradoras de agua

Las aspiradoras de agua han supuesto una nueva revolución dentro del sector gracias a su eficacia para acabar con las partículas de polvo, lo que ofrece una mejor purificación del aire al impedir que estas vuelvan al ambiente. Por eso, son las más recomendables para personas con problemas respiratorios, asma, alergia…

Su gran potencia al aspirar y el ahorro de electricidad y de luz que ofrecen, las hace una de las más escogidas entre el sector doméstico y laboral.

En cuanto a sus desventajas, las aspiradoras de agua, debido a ese depósito de agua que utilizan para la limpieza, tienen el problema de ser más pesadas. Todo dependerá de la capacidad del filtro, ya que si este es pequeño, tampoco permitirá limpiar por demasiado tiempo; y si es muy grande, el peso puede lastrar la libertad de movimiento de esta.

Además, debemos añadir que la limpieza del tanque puede ser complicada. Para que funcione correctamente, lo mejor es limpiarlo después de usar la aspiradora, eliminando el agua (a veces usando un colador para evitar que los restos que pueda haber afecten a las cañerías). Pero el limpiarlo puede ser más complicado que otros sistemas, más si añadimos que no solo el filtro ha de quedar limpio, sino también la manguera para que no se le acumulen partículas que disminuyan la capacidad de succión.

Finalmente, el precio es otro de los lastres de estas aspiradoras, a pesar de que los resultados que se obtienen son bastante mejores que con otras aspiradoras de sistemas tradicionales.