La filosofía de Gutu Ajayu plasmada en su arte. La importancia de mirar hacia el pasado para entender mejor los tiempos contemporáneos

La sociedad evoluciona constantemente y esto se refleja en todas las áreas, tanto en la música, la televisión, la comunicación, la moda, e incluso en la pintura. No obstante, para muchas personas, el pasado sigue siendo una fuente de conocimiento útil para comprender el presente y la forma en la que la humanidad camina hacia el futuro.

Uno de los que piensan de esta manera es Guto Ajayu, un artista boliviano residenciado en España que, a través de sus pinturas, logra combinar perfectamente la esencia de lo antiguo y la más cruda modernidad, para transmitir un mensaje que trascienda generaciones.

La importancia de mirar al pasado para poder entender el presente

Aunque la importancia de esto aplica para cualquier área geográfica, el pasado en Latinoamérica especialmente tiene una gran relevancia en el presente. En estas tierras, subsistieron algunas de las civilizaciones más importantes de la historia antigua, como los mayas, los aztecas, los incas, etc.

Su amplia cultura y sus importantes avances marcaron de alguna manera lo que hoy en día es la modernidad. El arte de la pintura es una de las pocas expresiones que ha logrado combinar ambas épocas y un especialista en hacerlo es Guto Ajayu, un joven pintor y artista boliviano que ahora mismo reside en Madrid.

Su infancia y su estilo artístico estuvieron desde siempre muy influenciados por la zona en la que creció, concretamente en las montañas sagradas de Los Andes. En este lugar, aún pueden encontrarse claros vestigios de las raíces de las antiguas culturas precolombinas. Todo esto dejó una profunda huella en el pintor, lo que se ve reflejado en todas las obras que crea.

La representación artística de Guto Ajayu

Este joven artista ha encontrado su pasión en el pop art, un estilo de arte urbano caracterizado por la representación, generalmente irónica y exagerada, de elementos cotidianos de la cultura y la sociedad moderna. Sus obras se caracterizan por el uso de colores atrevidos y llamativos, los cuales combina a la perfección con simbología y filosofías de las culturas antiguas y sagradas. A través de sus obras, lo que busca es hacer una representación fiel de lo que él define como la “locura de la modernidad”, pero vista desde los ojos del pasado, algo que sin duda alguna muy pocos artistas han logrado plasmar con éxito.

Tanto la filosofía como el mensaje que este artista imprime en cada una de sus pinturas son muy claros y es que no se puede entender completamente la sociedad actual si primero no se conoce su propia historia, su propio pasado. Por lo tanto, es importante que las nuevas generaciones tengan consciencia de ello y el arte es un excelente canal para lograr que así sea.