Sol, mar, piscina y sabores tropicales se encuentran a la orden del día cuando de disfrutar la temporada veraniega se trata. Los sabores y fragancias de la piña, el coco, la sandía y otras frutas comienzan a inundar todos los espacios y aprovecharlas al máximo se convierte en una prioridad gastronómica. La salsa de piña es una verdadera delicia que en el verano acompaña las más divinas preparaciones, y es una de las que definitivamente tienes que probar.
Las salsas frutales, tan versátiles como deliciosas
Junto a la salsa de mango, la de piña se convierte en una de las favoritas a la hora de degustar y disfrutar de esos sabores agridulces que a la mayoría les encanta. Lo ideal al momento de preparar la salsa de frutas es que esta se haga con las frutas frescas; no en conserva, aun así, en conserva también puede resultar de utilidad, sobre todo si se combina con los otros ingredientes en las proporciones correctas.
Las frutas frescas tienen el nivel exacto de acidez y de dulzor que son necesarios para las salsas versátiles; mientras que, las frutas en conserva, son generalmente más dulces quitando así la versatilidad de una salsa afrutada, como la de piña.
Las salsas se remontan a la época de los romanos, cuando ya se elaboraban con las vísceras de los pescados. Más adelante fueron las verduras las que protagonizaban las más variadas y ricas salsas, mientras que las salsas dulces incluyendo miel, o frutas como la piña y otras variedades, nacieron en la época del renacimiento.
La salsa de piña tiene la particularidad de despertar las pasiones de quienes la disfrutan, y despierta los sentidos con su sabor dulce y acidito que la hace perfecta. Sin importar su consistencia, muy espesa o más bien semi líquida, la salsa de piña despierta realmente los sentidos.
Los trucos para la salsa de piña perfecta
Una salsa de piña perfecta parte de usar los más ricos y frescos ingredientes. Teniendo a esta fruta tropical como protagonista, la piña ha de ser fresca y dulzona. Esto hará que su sabor sea dulzón y su aroma envolvente y seductor.
La piña perfecta debe ser madura. Nunca utilices piña aún verde ni para comer, ni para preparar la salsa. Cuando está verde, esta fruta puede causar problemas gastrointestinales, e inflamación estomacal, resultando tóxica y generando un molesto efecto laxante.
Compra la piña madura
Al elegir la piña fíjate muy bien en su color, este debe verse entre amarillo y dorado y la piel no debe lucir manchada o presentar golpes; así mismo, la corona debe lucir de un color verde muy fresco. Una corona de color opaco o deteriorada es señal de estar frente a una piña muy vieja.
Así su tamaño sea pequeño, la piña debe sentirse pesada. Para hacer una buena salsa, con todo su emblemático sabor, la fruta no debe haber perdido tanta agua. Si la notas muy liviana, es precisamente debido a esto, así que opta por comprar una que se sienta pesada apenas la tomes en tus manos.
Un truco final para saber si está óptima, es tomar a la piña por una de las hojas centrales de la corona, si esta se desprende fácilmente, es señal de estar en su mejor punto de madurez. Si por el contrario puedes sujetarla por la hoja y esta no cede, es porque está verde.
Si vas de compras por una piña, mejor compra dos y prepara este excitante helado de piña colada que está supremo.
La cantidad de piña en la salsa, cómo hacer para no excederse
Si bien, al tratarse la piña de la protagonista de esta salsa, la cantidad de cada uno de los ingredientes debe girar en una proporción adecuada para que ninguno opaque al resto. En el caso de la piña, un exceso de esta puede resultar desagradable y dar la impresión de estar consumiendo un jugo de la fruta, en lugar de una salsa preparada con esta.
La cantidad a utilizar dependerá sobre todo del resultado que desees y la cantidad de salsa que quieras preparar. Una proporción de 4 rodajas de piña por 1 cebolla pequeña, garantiza un sabor agradable para la salsa, ya que la cebolla equilibra el sabor afrutado de la piña para que su sabor combine de manera perfecta con carnes como la del pollo o el cerdo.
El espesante perfecto
Si algo hace deliciosa a una salsa es el cuerpo y textura que esta posee. Generalmente esperamos que una salsa cuente con algo de espesor que le permita impregnar de manera auténtica y deliciosa la carne que vaya a acompañar.
La salsa de piña queda perfecta cuando se utilizan espesantes como la maicena o la harina; que de hecho, son los espesantes más utilizados en su preparación. Una opción menos frecuente, pero igual de deliciosa es espesarla con nata. Esta otorga muy buena cremosidad y también un suave y distintivo sabor.
En la propuesta que voy a presentarte no será necesario utilizar ningún espesante. Notarás como queda con la textura perfecta sin añadir ninguno de ellos y resultando en una salsa realmente deliciosa y de sabor puro.
La receta: salsa de piña, el acompañante perfecto y exótico para tus carnes
Esta salsa queda perfecta acompañando carnes, especialmente el pollo y el cerdo; sin embargo, igual puedes utilizarla para acompañar verduras y de hecho para aderezar tus sandwiches.
Comienza por llevar 4 rodajas de piña troceadas junto a 240 ml de agua y 100 gramos de azúcar a fuego medio-bajo. Hierve por 30 minutos, momento en el cual ya debe quedar muy poca agua. Retira del fuego.
Es el momento de cocer la cebolla, coloca en una sartén 1 cucharada sopera de mantequilla y sofríe en ella 1 cebolla finamente picada. Cuando la cebolla comience a caramelizarse, añádela a la reducción de piña y lleva todo a la licuadora. Procesa por unos minutos e incorpora sal y paprika a tu gusto. También puedes añadir un toque picante con merken y dar un sabor espectacular.
Disfruta de esta exótica salsa de piña con lo que desees. Te aseguro que está buenísima.
