El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha advertido este jueves de que la falta de confianza en el futuro, especialmente entre los más jóvenes, se ha convertido en una «bomba de relojería» que hay que atajar, para lo que ha apostado por trabajar desde ahora en la UE que queremos no solo para 2030, sino para 2050.
Sánchez ha participado en Bruselas en un acto junto al vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, para presentar ‘Prospectiva España 2050’, en el que ha reivindicado la importancia de este ejercicio y su decisión de crear la Oficina Española de Prospectiva y Estrategia, dado que la prospectiva puede «jugar un papel clave» en la elaboración de las políticas del futuro.
«Los europeos debemos forjar una visión compartida de lo que queremos ser dentro de 30 años y crear una hoja de ruta para alcanzar ese objetivo», ha sostenido Sánchez, incidiendo en que si en el pasado se pudo avanzar fue por «la creencia de nuestros antepasados en el progreso», lo que «les permitió superar sus diferencias, aunar esfuerzos y sacar lo mejor de sí mismo incluso en los momentos más difíciles».
Sin embargo, hoy en día, «la noción de progreso está siendo desafiada y la capacidad de las sociedades de avanzar está siendo cuestionada por movimientos pesimistas y negacionistas», ha lamentado, incidiendo en que los sondeos muestran que «la mayoría de los europeos creen que las condiciones socioeconómicas empeorarán en las próximas décadas» y los más jóvenes piensan que «vivirán peor que sus padres».
«Esta es para mí la mayor amenaza no solo para mi país sino también para la UE», ha sostenido el presidente del Gobierno. «Esta falta de confianza, no en el futuro de la UE como proyecto político, sino en el futuro en general es una bomba de relojería colocada en el corazón de nuestras democracias y nuestro proyecto común».
LA POBLACIÓN SE ESTÁ SUMIENDO EN LA OSCURIDAD
Esa falta de confianza en el futuro, «está debilitando la cohesión social, dañando el crecimiento económico, provocando pérdida de confianza en las instituciones y sumiendo a toda nuestra población en la oscuridad», ha alertado.
Asimismo, ha agregado, «nos está haciendo menos creativos, más cobardes, más individualistas, y por tanto menos generosos; nos está haciendo desafiar no solo las cosas que no funcionan sino las que funcionan».
Por todo ello, ha apelado a combatirlo, reconociendo que aunque la UE tiene «debilidades y desafíos por delante» también tiene «fortalezas que demostraron ser cruciales en el pasado y que serán cruciales en las próximas décadas si sabemos cómo usarlas de forma adecuada». Hubo un «pasado glorioso» pero también puede «haber futuro brillante», ha recalcado.
ACOMETER CAMBIOS ESTRUCTURALES
Así las cosas, ha defendido que no hay que «dormirse en los laureles» sino encontrar en ello «la fuerza que necesitamos para acometer los cambios estructurales que reclaman los ciudadanos» entre los que ha citado la digitalización, la transición verde, la cohesión social o la igualdad entre hombres y mujeres.
«Hay que mirar hacia delante y construir una visión de la región que queremos en 2030, y también en 2050, y encontrar en esa visión el pegamento que necesitamos para unir a nuestra sociedad y llevar a la UE a su nueva fase», ha reivindicado. «Tenemos que hacer que el optimismo vuelva a estar de moda», ha resumido.
Por su parte, Sefcovic ha elogiado la proyección estratégica realizada por el Gobierno español, que ha considerado que puede servir de «ejemplo» a otros países, y ha defendido que «no es demasiado pronto para empezar a pensar en 2050» puesto que el futuro dependerá en realidad de «cómo estamos actuando ahora y lo que hacemos estas semanas».