Aumenta el número de fumadores en España… aunque se fuma menos

El número de fumadores aumentó un 3,3% en España entre 2017 y 2019, hasta situarse en el 23,3% de la población, y aunque cerca del 80% cree que el tabaco es perjudicial para la salud, la media de consumo diario se sitúa en 10,7 cigarrillos, lo que supone un descenso de cinco cigarrillos al día en los últimos dos años.

Así lo revela la última Encuesta de Tabaquismo realizada por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), que también desvela que el 17% de los jóvenes de entre 15 y 25 años consume tabaco habitualmente, un 18% de manera ocasional.

Además, hasta un 60% ha visto alguna película en medios convencionales en la que aparece una escena de tabaco y alrededor del 45% ha tenido acceso a publicidad específica de nuevas formas de consumo, según puso de manifiesto este martes la portavoz del grupo de abordaje del tabaquismo de semFYC y coordinadora de la XX Semana sin Humo, Lucía Gorreto.

INICIO CADA VEZ MÁS TEMPRANO

La portavoz de la semFYC precisó que la edad media de inicio son los 17 años, aunque los jóvenes cada vez empiezan antes a consumir cigarrillos, sobre todo en el caso de las mujeres, que también registran los mayores aumentos aunque se encuentran casi cinco puntos por debajo de los hombres. La edad media del fumador en España ronda los 43 años y el grueso de fumadores tiene una edad comprendida entre los 20 y los 40 años.

Gorreto también destacó que el 86,3%, de los 8.993 encuestados está de acuerdo en que se prohíba fumar en vehículos privados en los que viajen menores, lo que supone un incremento en nueve puntos porcentuales respecto al anterior estudio, y que el 62% tiene la percepción de que, casi 10 años después, no se cumple la Ley Antitabaco que prohíbe fumar en terrazas cerradas.

Para Gorreto, “llama la atención” que hasta un 90% de encuestados piense que las colillas son contaminantes y que el 58,2% de las personas que conocen las nuevas formas de consumo de tabaco, como los cigarrillos electrónicos, las pipas de agua o el tabaco sin combustión, piensan que son, “al menos”, tan perjudiciales para la salud como los cigarrillos de consumo habitual, aunque existe un “porcentaje importante” que no las conoce.

A este respecto, reconoció que existen “muchos agujeros por donde la industria se mete y es difícil saber hasta qué punto su publicidad está prohibida o no”. “Nos meten goles por eso, porque no está legislado”, dijo.

MEDIDAS

Entre las medidas a adoptar para favorecer la reducción del consumo, los encuestados abogaron por aumentar el precio del tabaco (69,7%), hacer efectivas las sanciones (51,3%), aumentar la vigilancia (46,7%) y dar mayor difusión al a normativa (42,2%), prohibir fumar en el coche incluso cuando no viajen menores en su interior (54,2%) así como adoptar el empaquetado genérico o la financiación de los tratamientos de deshabituación.

En este punto, la vicepresidenta de la semFYC, María Fernández, avanzó que la intención de esta sociedad es trabajar junto al nuevo Ejecutivo para “concienciar a la población y modificar las políticas que puedan favorecer y permitir que con el tiempo el tabaco se vaya erradicando”.

Fernández advirtió sobre la “relajación” que observa en relación a la visión que tiene la sociedad sobre los prejuicios del tabaco, aunque puntualizó que tras la aprobación de la última Ley Antitabaco y la “activación” de varias medidas contra el tabaquismo, un número “significativo” de fumadores dejó el hábito.

“La mayoría de exfumadores dejaron el tabaco hace 10 años o más, pero desde entonces han aparecido nuevas formas de consumo que no se perciben con el mismo peligro que el tabaco”, denunció.

Por todo ello, subrayó que una de las tareas que debe marcarse el nuevo Ministerio debe ser la “actualización normativa”, así como el impulso de nuevas medidas que contribuyan a la “erradicación de este problema sanitario de alcance global en España”, ya que entre 2010 y 2014 murieron a diario 142 personas a causa del tabaquismo.

También apostó por aumentar los espacios sin humo, así como las campañas de concienciación, la penalización “estricta” de la publicidad, la formación de los profesionales o la financiación de los tratamientos para dejar de fumar. “No es financiar por financiar”, dijo, al tiempo que explicó que no se trata de “invertir dinero público para alguien que no está motivado y concienciado”.

“Hacer cambiar a la población de hábitos es difícil, pero no imposible”, resumió en referencia a la idoneidad de iniciativas como la XX Semana sin Humo, que, hasta el 31 de mayo y bajo el lema ‘Recupera la inspiración’, implicará a centros de salud de toda España en la realización de más de un centenar de acciones de concienciación y deshabituación del tabaquismo.

(SERVIMEDIA)