Los Foo Fighters comparten su duelo en el rock con su nuevo disco

«Pero estamos aquí», desde el título parece evidente de lo que quieren hablar los Foo Fighters. La mítica banda fundada por Dave Grohl vuelve a la carga con lo que líricamente es su disco más potente desde ‘Wasting Ligh’ de 2011. Esto tiene sentido el disco, como es evidente, es una respuesta de la banda y en especial de su vocalista y compositor a la perdida de Taylor Hawkins, baterista de la banda desde su segundo disco y amigo personal de Grohl.

En la práctica no es especialmente extraño que el disco funcione tan bien. Desde sus inicios los Foo han tenido una especial capacidad de hablar de los momentos complicados y las miserias que todos enfrentamos en la vida, siempre manteniendo el lado positivo. Lo cierto es que el nuevo disco camina esa misma cuerda floja, pero es especialmente poderoso cuando en el centro hay una tragedia tan sorpresiva y pública como la muerte del baterista. Es un disco sobre el duelo, sí, pero también sobre la necesidad de continuar a pesar del mismo.

‘The Glass’ es un tema sobre la fragilidad, ‘Rescued’, el primer sencillo promocional, sobre las personas que nos tienden una mano en nuestros peores momentos y ‘Under You’ sobre la realidad de que hay que continuar a pesar de que no siempre se puede superar del todo el dolor. Son canciones con la intensidad típica del grupo, que parecen compuestas con la idea de compartir con una audiencia que ha enfrentado sus propias tragedias, pero que también ha sentido como propia la perdida de Hawkins. 

Pero hay dos canciones donde la banda y el vocalista se permiten sangrar en público más que en cualquiera. La extensa ‘The Teacher’ revisa las lecciones que el vocalista ha aprendido del dolor, pero desde el principio asume que no puede expresarlo lejos de la música: «No puedo detener esto» grita en un verso que es al mismo tiempo declaración de principios y confesión personal, un tema dedicado también a su madre recientemente fallecida, Virginia Grohl, profesora de colegio. Por otro lado, ‘Show Me How’ revisa también la muerte de su madre, y le permite armonizar con su hija Violeta que perdió a su «tío» y a su abuela en los últimos meses. 

Lo cierto es que la grabación también ha sido parte de la terapia de los Foo Fighters. Con el retorno de su colaborador habitual, Greg Kurstin quien también ha producido artistas como Adele o Harry Styles, pero además es que Grohl grabó las canciones en la batería de Hawkins y se transmite su dolor en cada golpe a los tambores. Es Importante que a pesar de lo oscuro de las letras las canciones son inescapables, memorables y pegajosas. 

Quizas eso sea el secreto de que funcionen tan bien, la banda está haciendo catarsis, pero los Foo Fighters saben que su audiencia quiere cantar con ellos. Quizás porque todos tenemos una tragedia en nuestra vida con la que las canciones conecten, o quizás por el simple hecho de que Hawkins era quizás el baterista más querido del rock, pero las canciones siguen siendo himnos de estadio, de hecho mejores himnos que el último par de trabajos de la banda. 

LOS FOO FIGHTERS VUELVEN A SU IGLESIA: EL ESCENARIO

Pero para los Foo Fighters la terapia no está completa sin la catarsis del público. Por tanto, como es de esperarse el grupo tendrá una larga lista de fechas en Estados Unidos, pero es probable que Europa y España, donde no llego su gira interrumpida por la perdida del baterista, sigan en la lista para el próximo año. Lo cierto es que sea en festival o estadios Grohl nunca le ha hecho el feo a nuestro país. 

En el fondo un disco de tan alto nivel, y una gira global, son una sorpresa. Para muchos la perdida de Hawkins, segundo miembro clave de una banda que pierde Grohl tras la muerte de Kurt Cobain cuando estaba en Nirvana, evidentemente sería un golpe demasiado complicado de encajar.

Afortunadamente, no fue el caso. El grupo tiene más fuerza que nunca, y han sabido hablar sobre seguir adelante, no solo para inspirar a sus fanáticos, sino también a sí mismos, aun en su momento más complicado siguen empujando adelante. Están golpeados pero, para nuestra suerte, los Foo Fighters aún están aquí.