El Supremo recluye a los periodistas para que no coincidan en los pasillos con los procesados

El Tribunal Supremo mantiene a los periodistas recluidos en las salas habilitadas para seguir el juicio del ‘procés’ independentista de Cataluña en el momento en el que los procesados entran y salen de la sala de vistas.

Así, con las puertas cerradas de las salas y con un biombo en el pasillo, el Alto Tribunal está evitando el encuentro entre los periodistas y los nueve acusados cuya situación procesal es la prisión provisional. No se les ha visto ni a la entrada a la sala de vistas, ni en el descanso, así como tampoco durante el receso para comer.

Algo muy distinto sucede respecto a los tres que se encuentran en libertad provisional que han coincidido con abogados y periodistas en los pasillos del Supremo. De hecho, en el primer receso de la sesión se pudo observar al exconsejero de Justicia Carles Mundó charlando con varios periodistas sobre sus primeras impresiones del juicio.

Mundó calificó el juicio como “absurdo” y los hechos como “muy tozudos”. “Tenemos que soportar un juicio con una debilidad acusatoria tremenda”, indicó. En este sentido, afirmó que si le condenasen por el delito de malversación como piden la Fiscalía, la Abogacía del Estado y Vox le parecería “extraño”, teniendo en cuenta, explicó, que los informes de la acusación dicen que “el gasto fue cero”.

Asimismo, el exconsejero de Justicia manifestó que había hablado con los acusados que se encuentran en prisión provisional y que están “tranquilos y concienciados de que vienen unos meses muy intensos”. “Teníamos ganas del juicio porque tenemos ganas de que se acabe”, manifestó.

Precisamente, sobre el tratamiento de los procesados durante las sesiones del juicio se pronunció recientemente, en un encuentro con medios acreditados, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, quien expresó a los periodistas que se garantizaría la celebración del juicio “con jueces independientes, que tengan una actuación imparcial y respeto a las garantías procesales de los juzgados”. “Somos conscientes de que nos jugamos la calidad de la actuación del Supremo, del Estado de Derecho y de nuestra democracia”, subrayó.