El café, ese compañero fiel de las mañanas y las sobremesas, ha sido durante décadas uno de los rituales más universales. Muchos lo beben por necesidad, otros por placer, y hay quienes no podrían imaginar su rutina sin él. Pero ahora, un nuevo estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición abre la puerta a una dimensión mucho más prometedora: esta bebida podría estar vinculada con un envejecimiento saludable.
Aunque todavía no ha sido revisada por pares ni publicada en una revista científica, la investigación fue rigurosa y abarcó a un gran número de mujeres, a las que se hizo seguimiento durante décadas. Los resultados no solo refuerzan hallazgos previos que relacionan el consumo de café con una vida más larga, sino que apuntan a beneficios concretos en la calidad del envejecimiento.
3Con azúcar o crema: ¿una trampa para la salud?
Otro hallazgo interesante vino de la mano de la profesora Fang Fang Zhang, de la Universidad de Tufts, quien, aunque no participó directamente en este estudio, ha liderado investigaciones relacionadas. En un análisis previo con más de 46.000 adultos, Zhang y su equipo concluyeron que quienes tomaban entre una y tres tazas al día tenían un 15 % menos de probabilidades de morir en los siguientes 9 a 11 años.
Pero ese beneficio desaparecía por completo si las personas añadían más de media cucharadita de azúcar o una cantidad considerable de grasa saturada —el equivalente a una cucharada de crema o varias de leche entera— por cada taza. Es decir, los efectos positivos del café parecen depender no solo de su cantidad, sino también de cómo se consume.
Esto plantea un dilema cotidiano: ¿vale más el café solo, sin adornos, que ese capuchino espumoso que tanto reconforta por la mañana? Desde el punto de vista de la salud, la respuesta es casi inequívoca: sí.
