Uno de los grandes temas de estudio de los antropólogos, psicólogos y otros estudiosos de la conducta humana es la expresión de las emociones. ¿Ponen las mismas caras cuando están tristes los vecinos de Manhattan, los inuits de Alaska y los habitantes de Kenia?, ¿experimentamos del mismo modo los sentimientos y los comunicamos igual, o depende de la cultura y de la educación recibida por cada una? Es este un tema fascinante que se ha estudiado también en animales, para tratar de descubrir si existe un patrón universal en las emociones: la sonrisa para la alegría, la cara larga para la tristeza, el rostro crispado de miedo…
De lo que no cabe duda es que las emociones tienen siempre una base fisiológica y biológica. Unos músculos se mueven, el pulso se acelera, la respiración se entrecorta…que parecen ser comunes a todos los seres humanos en todos los contextos posibles. Un reciente estudio ha querido utilizar las nuevas tecnologías y las aplicaciones de la Inteligencia Artificial para determinar de qué modo reaccionan las personas a lo largo y ancho del mundo a situaciones idénticas, y cómo se expresan esas reacciones en sus gestos y sus rostros.
Expresiones en distintos contextos

La premisa de la que partió esta investigación es sencilla y compartida por buena parte de los científicos que se dedican a estas cuestiones. Las expresiones faciales son universales, y las personas de todo el mundo y de cualquier país ponen más o menos la misma cara cuando están mirando fuegos artificiales, cuando están jugando a algo o cuando van a una boda. No somos tan especiales como nos gusta pensar. Al fin y al cabo, somos animales con un repertorio de reacciones grabados en nuestro ADN.
Un grupo de expertos de Estados Unidos han utilizado la tecnología de la Inteligencia Artificial para analizar las caras de muchas personas en hasta seis millones de vídeos de Youtube. Y lo que descubrieron es que, aproximadamente, todo el mundo reacciona con expresiones muy similares ante eventos sociales similares. Lo cual no significa, matizan los investigadores, que las emociones sean en sí mismas universales. Habría que estudiar en mucha mayor profundidad y en detalle este asunto.
Vencer las limitaciones

Otros estudios previos, basados en una serie de encuestas acerca de las emociones y su expresión universal, se habían encontrado con serias limitaciones. Principalmente dos. Una eran las barreras lingüísticas, que hacen que sea muy difícil saber si la palabra que designa una emoción en una lengua es exactamente equivalente a la que alude a esa misma emoción en una lengua distinta. Puede parecer un problema menor, pero lo cierto es que ha sido un auténtico quebradero de cabeza para quienes se dedicaban a estas cuestiones.
El otro problema que tenían los estudios sobre las cuestión previos eran las bajas muestras que utilizaban en la investigación. Si lo que se pretende es dirimir si la expresión de las emociones es o no universal, no es posible tener simplemente unos cientos de sujetos. Ni siquiera vale con unos miles, pues lo que se intenta es sacar una conclusión válida para todo el mundo. Este sistema, a través de vídeos de Youtube, permite acceder a los rostros y a las emociones de millones de personas alrededor del globo.
Inteligencia Artificial y patrones faciales

Este estudio con sus técnicas novedosas ha sido desarrollado bajo la dirección del científicos de las emociones Alan Cowen, profesor de la Universidad de California, y su equipo de investigadores. Para conseguir sus objetivos, los científicos recurrieron a un tipo de Inteligencia Artificial que analiza una serie de patrones basados en evidencias neurológicas para analizar el comportamiento y la reacción de los gestos en contextos sociales variados en culturas muy diferentes de todo el mundo.
Un grupo de voluntarios de habla inglesa en la India entrenaron a la máquina para utilizar un algoritmo capaz de identificar hasta 16 patrones distintos de movimiento facial relacionados con diferentes categorías de emociones basadas en palabras inglesas: happiness, joy, sadness…Partiendo de esa información, ha sido posible agrupar expresiones faciales muy diferentes bajo la etiqueta de una misma emoción. En total, los investigadores analizaron unos seis millones de vídeos en 144 países diferentes para analizar los rostros en distintos contextos sociales.
Herederos de Darwin

Los hallazgos de la Inteligencia Artificial concluyen que, ante eventos o situaciones similares, los rostros y reacciones de las personas suelen ser idénticas o muy parecidas. Por ejemplo, las expresiones asociadas a emociones como “asombro” o “victoria” fueron encontradas en todos los países y en todas las culturas. Y siempre asociadas a eventos como bodas o competiciones deportivas.
“Hace unos 150 años, y como uno de los argumentos centrales de su teoría de la evolución por selección natural, Charles Darwin se aventuró a afirmar que las expresiones faciales de los humanos son un lenguaje universal de la vida social”. Eso escriben los científicos en su artículo. Y continúa: “Nosotros hemos descubierto 16 tipos de expresiones faciales que se repiten de forma sistemática. Y lo hacen en contextos sociales muy específicos y en hasta 144 países diferentes”.
Emociones universales

“A lo largo de regiones geográficas muy distintas, hemos encontrado una similitud de hasta el 70% entre contexto social y expresión facial. Esto es una evidencia sustancial de la universalidad de las emociones en un mundo ciberconectado como el nuestro”, se lee en el artículo. El estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista Nature bajo el título de “Sixteen facial expressions occur in similar contexts worldwide”.
La psicóloga Lisa Feldman, de la Northeastern University, ha escrito un artículo señalando algunas de las limitaciones que se le pueden achacar a esta metodología. Por ejemplo, no comparte la forma en la que se agruparon y categorizaron las diferentes emociones. Para remediarlo, propone, debería haber estudios en el futuro con una mayor diversidad lingüística y cultural. No es conveniente traducirlo todo a las categorías del idioma inglés, lo cual puede acabar simplificando y estereotipando las emociones expresadas por personas muy distintas.