A medida que cumplimos años, nos encontramos con que nuestra piel comienza a dar síntomas que muestran el paso del tiempo. Uno de los signos más evidentes que nos muestran que cumplimos años son las arrugas que aparecen en nuestra piel, un asunto que siempre ha sido objeto de interés por parte de la comunidad científica.
Hasta el momento se creía que dichas arrugas eran producto de la compresión de la piel, pero ahora un nuevo estudio desafía este pensamiento y ha conseguido detectar cuál es el verdadero culpable de que la piel se arrugue al envejecer, en un avance que puede ser clave para frenarlo.
6ARRUGAS PROFUNDAS
En el estudio se pudo encontrar que se producen arrugas más profundas en zonas de alto movimiento, como los ojos o la boca. Además, estas siguen líneas precisas en la piel, las denominadas líneas de Langer, que coinciden con la orientación dominante de las fibras de colágeno en la piel.
En el estudio se confirmó que las arrugas tienden a formarse en dirección perpendicular a la tensión, en el lugar en el que tiene lugar la contracción lateral. Por otro lado, al comparar la piel joven con la vieja, se demostró que cambiaba la forma de las arrugas. En los jóvenes aparecían pliegues más irregulares, suaves y retorcidos, y en las envejecidas eran más profundas rectas y uniformes.
