El café, ese compañero fiel de las mañanas y las sobremesas, ha sido durante décadas uno de los rituales más universales. Muchos lo beben por necesidad, otros por placer, y hay quienes no podrían imaginar su rutina sin él. Pero ahora, un nuevo estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición abre la puerta a una dimensión mucho más prometedora: esta bebida podría estar vinculada con un envejecimiento saludable.
Aunque todavía no ha sido revisada por pares ni publicada en una revista científica, la investigación fue rigurosa y abarcó a un gran número de mujeres, a las que se hizo seguimiento durante décadas. Los resultados no solo refuerzan hallazgos previos que relacionan el consumo de café con una vida más larga, sino que apuntan a beneficios concretos en la calidad del envejecimiento.
2Cuanto más café, más salud, pero más matices

Tras ajustar variables como dieta general, actividad física o consumo de tabaco, los científicos descubrieron que aquellas mujeres que tomaban una cantidad equivalente a casi siete tazas pequeñas (237 ml) al día, tenían un 13 % más de probabilidades de envejecer saludablemente en comparación con quienes bebían menos de una taza diaria.
La cafeína, en este caso, era el elemento común. Pero no todo lo que contiene cafeína parecía tener el mismo efecto. Mientras el café sí se asoció con beneficios notables, el té y el café descafeinado no mostraron una correlación clara con el envejecimiento saludable. Tampoco lo hicieron las bebidas gaseosas: de hecho, consumirlas con frecuencia redujo significativamente la probabilidad de envejecer con buena salud.
Según explicó la Dra. Sara Mahdavi, investigadora principal y profesora adjunta en la Universidad de Toronto, puede que la cantidad de té o café descafeinado consumido fuera demasiado baja en este grupo como para detectar efectos significativos. Además, el té contiene compuestos vegetales distintos a los del café, y su contenido en cafeína es mucho menor.
Eso sí, Mahdavi fue clara en su advertencia: aunque en su estudio se observó una asociación entre tomar hasta siete tazas diarias y un envejecimiento más saludable, eso no significa necesariamente que todos debamos beber esa cantidad. Existen límites y el cuerpo de cada persona responde de manera distinta.