Según un estudio de American Express, el uso de tarjetas sin contacto (contactless) ya representa el 80,4% de pagos en establecimientos físicos en España. En contraste, tan solo 1 de cada 3 consumidores continúa utilizando efectivo. Estos datos nos invitan a conocer qué es contactless, qué ventajas atraen a los consumidores, y qué beneficios estratégicos puede aportar a los negocios.
Como método de pago, el contactless adquirió popularidad en los últimos dos años debido a que evita el contacto directo con otras personas y, por lo tanto, el riesgo de contagio por COVID-19. Según el mencionado reporte de American Express —datos recopilados por CincoDías—, los millennials serían los pioneros en el uso de esta tecnología, puesto que solo utilizan el efectivo en el 13,7% de sus gastos. Cabe mencionar que el contactless se utiliza principalmente en los núcleos urbanos y ciudades principales, como Madrid o Barcelona.
Ahora bien, desde el punto de vista del usuario, el pago sin contacto es simple e intuitivo: al momento de cancelar alguna compra con tarjeta de débito o de crédito, basta con acercar la tarjeta al datáfono. De inmediato, el importe de la compra se debita automáticamente de la cuenta, sin necesidad de insertar la tarjeta en el datafono, o digitar alguna clave o PIN. Esto convierte al contactless en un mecanismo de pago rápido en establecimientos comerciales.
Ahora bien, según reportes de Mastercard, un 83% de negocios en España ya implementan esta tecnología en sus negocios, lo cual implica que utilizan datafonos especiales capaces de “leer” las tarjetas a muy corta distancia. Por otro lado, Mastercard señala que el importe medio de las compras con tarjeta sin contacto es de 290€, un 50% superior al gasto en efectivo (194€). Dicho esto, los establecimientos comerciales deben evaluar en su ticket promedio la conveniencia de este método de pago. Aunque, dada la creciente adopción, convendría implementar el contacless para mantener una ventaja competitiva.
Ahora bien, ¿cómo funciona el contacless exactamente? Este método de pago funciona gracias a la tecnología NFC (Near Field Communication, en inglés), un tipo de comunicación similar a la radiofrecuencia. Según la empresa SumUp, experta en dinero electrónico, «el NFC emplea una frecuencia específica, de 13,56 MHz, que le permite [al datáfono] conectar con otros dispositivos». Lo interesante de esta tecnología es su adaptabilidad: puede ser utilizada con todo tipo de dispositivos, y no solamente con tarjetas de crédito. Así las cosas, el contactless es compatible con aplicaciones bancarias, billeteras digitales como Google Play o Apple Pay, así como relojes o pulseras inteligentes.
Por último, y para garantizar la confiabilidad en este método de pago, el NFC en los pagos sin contacto se reduce a una distancia máxima de 4 cm, lo que hace imposible intervenir las transacciones. Adicionalmente, y en previsión de cualquier tipo de robo o fraude bancario, los bancos emisores de tarjetas de crédito con tecnología NFC estipulan un monto máximo por transacción, así como un límite de gasto diario en pagos sin contacto.
