La cara ‘B’ del Renacimiento en un libro: de Da Vinci inventor bélico a la Mona Lisa casada con traficante de esclavos

La historiadora Catherine Fletcher analiza «la cara ‘B'» del Renacimiento en el libro ‘La belleza y el terror’ (Taurus), un recorrido por aspectos desconocidos de la época que recuperó a los clásicos griegos y romanos, como que Leonardo Da Vinci estuvo más enfocado en su faceta de inventor de armamento bélico que en la de pintor o que el marido de la Mona Lisa era un traficante de esclavos.

«Es fácil olvidarse cuando se ve ‘La última cena’ de la carrera profesional de Da Vinci. Hay una carta en la que ofrece sus servicios al Duque de Milán que consta de diez puntos: los nueve primeros son relativos a sus inventos para fortificaciones, armas y túneles secretos y solo en el último punto es cuando dice que sabe pintar y hacer esculturas en tiempos de paz», ha comentado en una entrevista la historiadora.

Fletcher apunta a que los artistas en esos tiempos de guerra tenían «intereses en utilizar sus habilidades con otros propósitos» e, incluso, apunta a cómo el paso del tiempo hace olvidar la trayectoria de protagonistas del arte. Por ejemplo, la Mona Lisa y su matrimonio enriquecido.

«Muchas de las obras que se pintaron en ese momento estaban relacionadas con Imperios que crecían en base a comercios de explotación. El marido de la Mona Lisa tenía relaciones comerciales en Lisboa, Madeira y las Islas Canarias importando pieles, pero también personas a las que llevaba a Florencia como esclavos. Es un muy buen ejemplo de cómo ese lado oscuro del Renacimiento siempre va de la mano de las obras de arte», ha indicado.

Fletcher asegura que el relato de este periodo del siglo XV y XVI ha llegado «incompleto, en parte porque es la historia que la gente de ese periodo ha contado: es un deseo desde el principio de glorificarse a ellos mismos y sus amigos». Además, alerta sobre la manera profesional en que esta historia se divide en distintos silos, desde el arte hasta la guerra pasando por la religión, «sin conectar discursos».

LA GUERRA Y LA CREATIVIDAD

De hecho, la historiadora no ‘compra’ el término ‘Renacimiento’ como tal, debido a que deja fuera muchos otros episodios de la época. «Es verdad que hay un fenómeno que incluye esos aspectos que tratan del renacimiento de la cultura, pero otros en los que no encaja: el desarrollo de armamentos de fuego o la impresión no son renacimientos, son nuevas tecnologías. Pero el término se va a usar en contextos populares, así que tenemos que vivir con ello», ha lamentado.

¿Es la guerra una manera de fomentar la creatividad? Fletcher entiende que sí, puesto que genera «competencia» en ambos bandos y «no se trata solo de competir en el campo de batalla, sino en el cultural». «La guerra genera ingresos para los ganadores y los que tienen éxito tienen también dinero para pagar el arte», ha defendido Flecther.

No solo eso, sino que la investigadora británica considera que los conflictos bélicos tienen influencia en las obras de los artistas. «Si uno se fija en una escultura de Miguel Ángel, ve una madre de luto como figura bíblica, pero también a esas madres que han perdido a hijos y maridos en la guerra y podemos imaginar que el artista coge su inspiración de un contexto que suele ser triste», ha destacado.

LA MAFIA ITALIANA

Los Médici se convierten en centro de intrigas y poder en esa época, pero Fletcher rechaza compararlos con «la Mafia» italiana. «No me gusta esa comparación porque es un estereotipo de los italianos que se utilza demasiado, aunque sí es verdad que fue una familia dominante tendente a convertirse en tiranos y dirigentes de la ciudad. Pero de ahí a compararlo con la Mafia…», ha cuestionado.

La Batalla de Lepanto le sirve a Fletcher para marcar un punto y aparte respecto a este periodo, ya que entiende que a partir de ese momento «se nota el final de una era: mueren artistas como Miguel Ángel y la Iglesia empieza a comportarse de otra manera». «Pero es difícil saber cuando finaliza: es más bien un movimiento en lugar de una era», ha concluido.