La mujer acusada de asesinar en 2019 a su padre e intentar matar a su madre, a la que supuestamente golpeó; así como acabar con la vida de tres sobrinos, al querer volar la casa con una bombona de gas en Málaga capital, ha declarado que no recuerda lo sucedido y ha dicho que ya antes de ese día «escuchaba voces que me obligaban a hacer daño». «Estoy muy arrepentida, pero no era yo», ha asegurado, alegando su defensa que tiene problemas psiquiátricos.
Un jurado popular juzga desde este lunes a esta mujer para la que la Fiscalía de Málaga pide 57 años de cárcel por un delito de asesinato, otro de lesiones y cuatro de tentativa de asesinato, estimando que deben aplicarse las circunstancias agravante de parentesco y la atenuante de alteración psíquica. La acusación particular está en nombre de la madre de la mujer y pide 23 años de cárcel por los delitos relacionados con esta.
La procesada ha indicado que era «la única» que cuidaba a sus padres, señalando que no encuentra explicación a lo ocurrido y solo recuerda estar en casa de sus padres y luego en el hospital. Ha incidido en que ya antes de los hechos «escuchaba voces y me decían de hacer daño a mí» y ha precisado que su madre le dijo que no hablara de eso, por lo que entonces no tenía tratamiento, algo que ahora sí tiene «y estoy mejor», ha apuntado.
«Lo siento mucho, yo siempre he querido mucho a mis padres y no quería nunca dejarlos solos; pero no era yo», ha insistido la acusada, cuya defensa sostiene que ella «no es consiente del momento en el que se convierte en una persona horrible» y que presenta una patología médica, según un informe psiquiátrico aportado, por lo que en ese momento «ella no es ella». Además, considera «desmesuradas» las peticiones de cárcel de las acusaciones.
Los hechos sucedieron en julio de 2019 en Málaga capital, de madrugada. Según las conclusiones iniciales del fiscal, la mujer estaba en la casa de sus padres con ambos y con tres sobrinos menores de edad. En un momento determinado, fue a la habitación del padre que estaba «somnoliento viendo el televisor», y, «aprovechando la circunstancia de indefensión», supuestamente «le propinó varios golpes en la cabeza, llegando incluso a pisotearla».
A consecuencia de estos, el hombre sufrió varias lesiones, «siendo la primera de ellas muy grave al ocasionarle la muerte en pocos minutos», al afectar a la médula espinal y provocar una parálisis respiratoria. Asimismo, según relata esta acusación, al parecer, la acusada se dirigió a su madre cuando estaba durmiendo en otra habitación y, con un cuchillo de cocina, «le apuñaló en la espalda y le golpeó con un rodillo de amasar de madera en la cabeza».
Además, presuntamente, según el escrito del fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, con el «mismo ánimo de acabar con la vida de los allí presentes», y, aprovechando que su madre estaba inconsciente y los tres menores estaban durmiendo, desplazó la bombona de butano que estaba en la cocina hasta el salón, donde dormían los menores y «cortó la manguera que lleva al regulador, provocando así una fuga de gas».
Esto habría causado la muerte de los tres menores y de la madre de no haber sido porque tras abandonar la acusada la vivienda, uno de los niños se despertó por el fuerte olor a gas, alertó a la abuela y todos pudieron abandonar la casa. Según la acusación, la mujer padece un trastorno depresivo que le ha originado distorsiones cognitivas en la apreciación de la realidad que modifica sus capacidades cognitivas y volitivas disminuyendo de forma moderada su imputabilidad».