Muertes, asesinatos, accidentes, caídas, detenciones, algunas películas no han traído más que desgracias al equipo que participó en sus rodajes. Algunas películas en Hollywood y también aquí en España, principalmente las del género de miedo o terror, estuvieron rodeadas de un halo de «maldición«, mala suerte o simplemente un cúmulo de casualidades. Eso ya lo dejamos a la creencia de cada uno. Por ello, vamos a entrar en la conocida nave del misterio para ver películas malditas y los misterios que rodearon su producción.
En cada película participan cientos o incluso miles de personas con sus propias vidas, ya que los rodajes son procesos largos. Se dice que cuando nos metemos con el mundo de lo paranormal podemos salir escaldados, y la verdad es que muchos de los sucesos que han ocurrido durante los rodajes o a las personas que participaron en ellos son una casualidad muy grande, o algo más, ya que algunos son muy difíciles de explicar. Sucesos extraños, muertes en pleno rodaje, pistolas falsas con balas de verdad que matan a los actores o un equipo que desarrolla cáncer tras el rodaje.
Vamos a hablar de todo ello en estas películas malditas de la historia del cine:
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La campana del infierno (1973)
Comenzamos en España. Esta película de culto en el cine de terror contaba la historia de un joven salido de un manicomio que buscaba vengarse de su familia. El director del film, el sevillano Claudio Guerín, tenía planeado rodar la escena final de la película en una iglesia de Noya, en Galicia. Esta iglesia estaba inacabada, ya que su constructor se cayó desde el campanario y murió. Desde entonces, se decía que sobre esa iglesia había una maldición que decía que quien intentase acabarla correría la misma suerte que su constructor.
Guerín mandó construir una torre falsa en el hueco donde debería haber estado la verdadera. Se hizo también una pasarela que uniría las dos torres. Mientras se rodaba la escena final, el director estaba situado en la pasarela que unía las dos torres. En un intento de dar un salto, el director de la película cayó de la pasarela y acabó muriendo a los 34 años. Mejor no jugar con esas cosas.
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Poltergeist (1982)
Este clásico de las películas de terror de los años 80 está considerada una de las películas malditas por excelencia en el mundo del cine. Hubo incendios y desapariciones de objetos sin explicación, y cuatro meses después de finalizar el rodaje de la primera parte de la saga, Dominique Dunne, que interpretó a la hermana mayor de la protagonista, Carol Anne, fue asesinada a manos de su expareja John Swenney. La segunda parte de la saga está dedicada a ella. En esta segunda parte se introdujeron personajes como el sacerdote Kane, interpretado por Julian Beck y el brujo indio Taylor, interpretado por Will Sampson. De este último se dijo que practicó brujería durante el rodaje. Tanto Beck como Sampson fallecieron durante el rodaje. Beck falleció de un cáncer de estómago y Sampson de una complicación en los riñones durante un postoperatorio. Estas fueron muertes menos inesperadas, pero que sirvieron para alimentar la llamada «maldición de Poltergeist«.
Para terminar los hechos sucedidos en Poltergeist, durante el rodaje de la tercera parte de la saga en 1988, la actriz que interpretaba a Carol Anne, Heather O’Rourke, falleció a los 12 años por problemas intestinales mal diagnosticados.
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El exorcista (1973)
El rodaje de esta película clásica de William Friedkin debió ser un infierno. Está calificada como otra de las películas malditas por excelencia. La película cuenta la historia de una niña poseída por el demonio y un sacerdote que intenta sacarlo de la niña y así salvarla. Para comenzar, sucesos como teléfonos con voces extrañas, objetos que desaparecían sin explicación, caídas de focos sobre algunas personas hasta llegar al incendio del plató completo a excepción únicamente de la habitación de la niña protagonista. Escabroso cuanto menos.
Varias personas del equipo fallecieron en extrañas circunstancias durante el rodaje. Para empezar, el primer día de rodaje, el abuelo de uno de los protagonistas falleció, algo menos inesperado pero que alimenta la leyenda. Dos de los actores cuyos personajes fallecían en el film, Jack McGowran y Vasiliki Maliaros, también murieron justo antes de que se produjera el estreno de la película. Lo más sorprendente es que años después, el hijo de la actriz Mercedes McCambridge, encargada de ponerle voz al demonio en la película, se suicidó tras haber matado a toda su familia. Este crimen transcurrió años después, pero se relaciona con la maldición surgida de la película.
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Expediente Warren, Anabelle y La Monja (2013, 2014, 2018)
La exitosa saga de Ed y Lorraine Warren y sus películas adscritas, Anabelle y La Monja, también sufrieron rodajes tumultuosos y sucesos extraños a raíz del mismo, por lo que se consideran películas malditas. Los fenómenos más «normales» en este tipo de leyendas también ocurrieron en el rodaje de la primera película. Cuando mantenían contacto con la verdadera familia Warren, escucharon extrañas interferencias y voces de lo que parecía ser una niña en los teléfonos. Vera Farmiga, protagonista de la cinta junto a Patrick Wilson también citó fenómenos extraños ocurridos en su casa, siendo el más escabroso el que le sucedió una noche mientras dormía. Cuenta que al levantarse tenía numerosas marcas y arañazos en su cuerpo que no tenía en el momento en que se acostó, y que cuando fue a repasar el guion de la película que tenía en su ordenador, encontró marcas muy extrañas en la pantalla del mismo.
Durante el rodaje, el hotel donde se hospedaba equipo y actores se incendió sin explicación alguna. En el rodaje de la película sobre la muñeca Annabelle, el equipo cuenta que solían aparecer las marcas que hacía Annabelle, y un foco cayó sobre uno de los actores en el sitio justo donde su personaje moría asesinado en la película. Marketing o casualidad, la verdad es que da que pensar.
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El Conquistador de Mongolia (1956)
En esta película de John Wayne y Susan Hayward no se desarrollaron fenómenos extraños o paranormales, pero sí tuvo consecuencias fatales. La película se rodó en el desierto de Utah, justo al lado de un campo de pruebas en donde el ejército estadounidense había realizado una serie de pruebas nucleares. La radioactividad en la zona era alta, y se cuenta que de un total de alrededor de 220 personas que participaron en el rodaje de este film, 91 desarrollaron algún tipo de cáncer en los años siguientes, incluidos los protagonistas John Wayne, Susan Hayward y Agnes Moorehead, además del director Dick Powell, que terminaron falleciendo de cáncer. 46 personas presentes durante el rodaje fallecieron de esta enfermedad.
Algunos expertos aseguran que el cáncer provocado por radioactividad no tarda tanto en desarrollarse como lo hizo en los miembros del equipo, pero es llamativo cuanto menos.
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