Bombas fétidas, chicle pinza y otras bromas de antaño que volverías a poner de moda

-

Algo que se ha perdido de los 80 y los 90 son esos artículos de broma con lo que los niños se divertían. El objetivo era ridiculizar a tu mejor amigo delante de tu grupo de colegas para que todos os echarais unas risas. Pero siempre de buena fe y sin ir más allá. Sin llegar al bullying. En aquellos años era muy común, en clase, echar una bomba fétida y esperar a la reacción de los compañeros y del profesor acusándose mutuamente.

Estos artículos de broma han desaparecido totalmente. Eran baratos, se vendían en los quioscos y hacían que estuvieras más atento a todo, ya que, igual que tú las gastabas, podrían gastártelas a ti. Desde las mencionadas bombas fétidas, los chicles pinza que te hacían daño en un dedo o los polvos pica pica de los que hablaban hombres G, todo han sido bromas que han pasado a la historia.

En esta lista hacemos un resumen de algunas de ellas para ver si os acordáis.

Bombas fétidas

Bomba Fetida

Estas botellitas con líquido fabricado en el infierno o en el interior de la persona más podrida del mundo era de los artículos de broma más famosos. Su composición era a base de sodio sulfhidrato. Cada caja contenía 3 bombas, con lo que teníamos que utilizarlas con cuidado para no malgastarlas. También en la caja se veía una advertencia “No ingerir”.

El olor era como a huevo podrido y hacía salir a la gente espantada. Estar en una cena familiar o una cena con amigos de tus padres y romper una botellita de estas bajo la mesa era sinónimo de caras rojas, algún grito cuando vieran de dónde provenía la fragancia y una noche encerrado en tu cuarto castigado y sin cenar.

También nos han hablado de bromas en grupos de chicos y chicas en donde tirar la bomba y acusar a tu mejor amigo te dejaba en mejor posición para ligarte a la chica que te gustaba a costa del mal olor y de honor por los suelos de tu colega

Polvos pica pica

Pica Pica

Estos son los famosos polvos a los que se refería Hombres G en su canción más popular. Venían en una cajita de lo más salada. En ella se nos advierte que no los comamos y que no nos toquemos los ojos o el interior de la nariz con ellos. Era abrir la caja y espolvorear el polvo y la fiesta estaba montada.

Lloros, estornudos, picores. Estos polvos eran prácticamente como las bombas lacrimógenas que utiliza habitualmente la policía. Y es que los niños de antes estaban hechos de otra pasta. Si se lo ponías en la chaqueta al compañero de clase al que más odiaras, te ibas a divertir durante toda la tarde. No iba a parar de rascarse.

O como decía hombres G, ponérselos al novio de tu ex para que se retuerza entre estos polvos hechos a partir del fruto del rosal silvestre.

Chicles pinza

Chicle

Los chicles pinza son un clásico de los niños de antaño. Estaban dentro del bizarro catálogo de Mi-Shaw-Fu, la marca que lanzaba todos estos productos. SI alguien te ofrecía un chicle, unas peladillas o unas aceitunas hace años, ¡cuidado!, puedes salir mal parado

Los chicles venían al estilo americano. Una cajita con varios chicles largos del que tenías que agarrar uno para sacarlo. Pero el chicle tenía truco. Una peligrosa pinza desplegada, que, al sacar el chicle del cartón, se cerraba y te metía un latigazo en el dedo. Pero también estaban los chicles de pimienta que tenían un desagradable sabor en la boca.

Pero quizás la peor broma en cuanto a comida eran las aceitunas que tenían aspecto de aceituna, olor de aceituna pero que realmente eran piedras. Esta broma se ha cobrado más de un empaste, haciéndote ser el hazmerreír de todo el grupo, que obviamente, eran cómplices de la broma.

Cigarrillos con sorpresa

Cigars

Una de las bromas que más hemos visto en las películas y dibujos americanos. Una persona que se enciende un cigarrillo y de pronto… ¡PUM! Estos fulminantes venían en cajas de a 10 y se introducían en donde se enciende el cigarrillo, si era un poquito más en el interior mejor. Y el funcionamiento era muy sencillo.

Cuando se encendía el cigarro y se prendía el tabaco, también se prendía este minipetardo. Al prenderse, la pequeña cantidad de pólvora lo hacía explotar, con lo que el cigarrillo quedaba inservible. Una broma que a más de uno ha quitado del tabaco y que no tenía ningún peligro para el fumador.

Cojín pedorretas

Pedorretas

Este cojín todavía se puede encontrar en algunas tiendas, aunque no sabemos si tendrá la calidad de antes. Un cojín de broma que era muy habitual utilizarlas para hacer bromas a las personas mayores. Estos cojines de goma se ponían en una silla y al sentarse, el aire salía despedido por una abertura de goma con una lengua de plástico.

El aire al pasar por la apertura y por efecto de la lengua tenía un efecto de pedorreta que hacía reír a todos los que se encontraban alrededor de la persona que sufría la broma. Eso sí, había que colocarlo con cuidado para que quien se fuera a sentar no se diera cuenta, ya que era muy fácil el que el afectado mirara la silla y nos chafara la broma.

Muchos de nosotros recordamos con nostalgia tanto esta broma como las demás, ya que seguramente algunas se las hemos hecho a personas que ya no están con nosotros. Así que este es un buen artículo para recordar estas bromas y aquellos momentos en donde éramos felices de verdad con muy poquito.