El descanso nocturno representa uno de los pilares fundamentales para mantener una salud óptima a lo largo de nuestra vida. Cuando no duermes lo suficiente, tu cerebro experimenta una serie de alteraciones que pueden comprometer seriamente tu rendimiento diario y, a largo plazo, tu salud mental y física. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado recientemente un extenso informe donde advierte sobre las graves consecuencias neurológicas de no alcanzar las ocho horas recomendadas de sueño continuo.
Los expertos en neurociencia llevan décadas investigando cómo afecta la falta de descanso a nuestras capacidades cognitivas, pero los hallazgos de los últimos cinco años han resultado especialmente alarmantes. Las personas que duermen menos de lo recomendado presentan alteraciones en áreas cerebrales críticas para el funcionamiento diario, incluyendo el hipocampo y la corteza prefrontal. Esta situación, considerada ya un problema de salud pública en países desarrollados, afecta a aproximadamente un tercio de la población adulta mundial, con cifras en aumento debido al estilo de vida contemporáneo y el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de acostarse.
3TOMA DE DECISIONES: CUANDO TU CEREBRO JUEGA EN TU CONTRA

La corteza prefrontal, sede del razonamiento y la toma de decisiones, resulta particularmente vulnerable a la privación del sueño. Cuando no duermes lo suficiente, esta región cerebral muestra una reducción significativa en su consumo de glucosa y en su actividad metabólica, como demuestran los estudios de neuroimagen funcional citados por la OMS. Esta alteración explica por qué tras una mala noche tendemos a tomar decisiones impulsivas o menos acertadas.
Las investigaciones han comprobado mediante pruebas cognitivas que después de dormir menos de seis horas, la capacidad para evaluar riesgos y beneficios disminuye notablemente. Muchos conductores que han provocado accidentes graves afirmaron haber dormido mal la noche anterior. La OMS señala que cuando no duermes adecuadamente, tu cerebro activa mecanismos compensatorios que priorizan respuestas automáticas sobre procesos deliberativos, favoreciendo decisiones basadas en gratificación inmediata y subestimando consecuencias negativas a largo plazo. Esta alteración resulta especialmente peligrosa en profesionales como médicos, pilotos o controladores aéreos, donde cada decisión puede resultar crítica.