La Unión General de Trabajadores (UGT) ha tomado una posición firme en su lucha por la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. El secretario general, Pepe Álvarez, ha expresado su preocupación por el aparente retroceso en las negociaciones con las patronales y ha advertido que los sindicatos se movilizarán para convencer a los agentes implicados de los beneficios de esta medida.
En declaraciones a los medios de comunicación, Álvarez ha señalado que las conversaciones con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) se encuentran estancadas. Según el líder sindical, la CEOE había mostrado cierto interés en negociar cuando pensaba que existía una mayoría parlamentaria que podría obligarla a reducir el tiempo de trabajo. Sin embargo, ahora parece que el partido Junts ha transmitido a la patronal que se mantengan tranquilos, lo que ha generado preocupación en el sindicato.
Llamado a la Sensibilidad de PP y Junts
Álvarez ha hecho un llamado a los grupos políticos PP y Junts para que sean «un poco más sensibles» ante esta demanda sindical. Considera que estos dos partidos son los que, en este momento, parecen estar mostrando mayor reluctancia a apoyar la reducción de la jornada laboral.
El secretario general de UGT ha enfatizado la importancia de esta medida para mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Según Álvarez, el salario mínimo y la reducción del tiempo de trabajo son instrumentos clave para que las familias puedan sobrevivir cada día y disfrutar de más tiempo de ocio.
Construir Viviendas de Protección Oficial
Además de abordar la cuestión de la jornada laboral, Álvarez también se ha pronunciado sobre la problemática de la vivienda en España. En este sentido, ha afirmado que es evidente la necesidad de construir viviendas de protección oficial y revisar las zonas más tensionadas del país.
El líder sindical ha señalado que esta cuestión está estrechamente relacionada con el empleo y la capacidad de cubrir los puestos de trabajo, especialmente en aquellas regiones donde se han desarrollado grandes zonas turísticas de forma «absolutamente brutal».
En resumen, la UGT ha manifestado su determinación de movilizar a los trabajadores y convencer a los agentes implicados, incluyendo a los partidos políticos, de la necesidad de reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Además, ha hecho hincapié en la importancia de abordar el problema de la vivienda, que está estrechamente vinculado a la cuestión del empleo y el desarrollo sostenible de las comunidades.