Dicen que la envidia es el deporte nacional. Y además de ello, «Sálvame» es la vergüenza nacional. Todavía somos muchos los que nos preguntamos por qué sigue en antena este programa de berridos. Por eso te mostramos alguno de los momentos más cutres en los que seguramente habrás sentido vergüenza ajena.
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«Midiendolo tó»
Me atrevería a decir que es uno de los momentos más lamentables de la televisión. O al menos de Telecinco que ya es mucho decir. Ocurrió hace algunas fechas. Dinio y su hermano Rafa aparecieron como invitados en este programa, y pasaron media hora a la gresca uno con otro.
Salomonicamente Jorge Javier decidió determinar quien era el ganador pidiéndoles que se bajaran los pantalones, y midiendo su masculinidad con una cinta métrica amarilla. Simplemente tremendo.
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Pipi Estrada vs Jimmy Arnau
Suponemos que todo el mundo lo sabe, pero efectivamente: las peleas son el pan de cada día en ‘Sálvame’. Aún así, de vez en cuando, las hay más sonadas.
Por ejemplo, la de Pipi Estrada contra Jimmy Arnau. ¿El motivo? Arnau le llamó «cornudo», y sacó a relucir unos supuestos mensajes que mandó Alessandro Lecquio. Esto hizo que llegaran a las manos, y los juzgados.
Lo patético de todo esto es que tras un montón de años, sigue siendo noticia, por todo el jaleo de tribunales, y juzgados.
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Pedro Sánchez en Sálvame
Hay gente que dice que ve este programa porque se ríe de los colaboradores, y le relaja. Bueno, a cada cual lo suyo. Es un programa lleno de contenidos baratos, y nada serio. Por eso es patético, cuando aprovechan temas serios para ganar audiencia.
En este caso, nos referimos a una conversación entre Jorge Javier Vázquez y el Pedro Sánchez, líder del PSOE. Sí, aquí se lucieron sacando su faceta de periodista serio, e intentando hacer pasar esa feria de bestias en un programa decente. Me río en su intento.
Podríamos hablar de un nuevo nivel de patetismo: Ser patético nivel: invitado de ‘Sálvame’ [/nextpage]
[nextpage title=»Belén Esteban vs Aramis Fuster»]
Belén Esteban vs Aramis Fuster
Otra de esas peleas épicas que no lo son tanto. Pero en esta aprovechamos para ver la quintaesencia de su colaboradora más célebre: Belén Esteban. Una mujer grande, que supo aprovechar su polvo de una noche con el torero Jesulín, hasta límites insospechables. Y aquí la tenemos, cada tarde en nuestra televisión.
Belén Esteban es una mujer llena de registros tonales. Puede berrear hasta la saciedad, repitiéndose una y otra vez. Aquí, grita «hortera» a Aramis Fuster. Gracias, Belén, no nos habíamos dado cuenta.
No podíamos esperar un programa de berridos discutiendo sobre el existencialismo, no. Mejor discutamos sobre la reliquia nacional que tenemos, la tarotista, que ya desde hacía años sabíamos que era una hortera.
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[nextpage title=»Paz Padilla devolviendo»]
Paz Padilla devolviendo
Sí, ver este programa tiene algunas consecuencias, y las náuseas podría ser también algunas. El caso es que aquí devuelve hasta la presentadora, Paz Padilla. Pero no, no es por el programa.
Sino porque los colaboradores de turno no tienen nada mejor que hacer que hablar de gente comiendo mocos. Sí señores, el programa más visto a la hora de la sobremesa no es un programa culto, sino uno en el que se habla de mocos.
Que no os extrañe que la próxima vez se haga una tertulia de esto.
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[nextpage title=»Karmele haciendo llorar a una señora»]
Karmele hace llorar al público
Sabes que un programa es cutre cuando hasta el público acaba peleándose. El vídeo es de lo más cutre que hay, porque se ve a una señora con un ataque de ansiedad porque supuestamente, Karmele amenazó a las personas del público porque estaban comiendo bocadillos del catering.
Karmele sin entender nada, y Belén Esteban intentando buscar en su diccionario mental algo un insulto algo más sofisticado. Lo único que le sale es: «tú aquí no eres nadie para decirle nada a la gente esta que cuidadito». No sé a vosotros, pero a mí me suena a pura poesía.
¿Sabe qué, señora? Se lo merece. Se merece llorar en público. A ver qué se espera uno al ir a un programa en el que pagan por detallar la vida íntima de los demás.
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[nextpage title=»Mila vs Aída Nízar»]
Mila vs Aída
Otra de esas peleas que fueron más sonadas que bailadas. Mila Ximénez es una de las más acusadas por todos, pero no es de esperar si la contrincante es nada más y nada menos que Aída Nízar, esa mujer que salió de un reality y que ahora tiene más dinero que todos aquellos que leen esto en estos momentos.
Acusaciones de drogadicciones y borracheras. Que si una es una pelandrusca, que si la otra está borracha y drogada. Y todo a esto a un volumen de decibelios que nuestros oídos no puede soportar.
Creo que así aprenden las madres a ser pacientes. Porque después de ver estas peleas, las batallas campales entre hermanos no son nada.
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[nextpage title=»Kiko le quita el peluquín al Dioni»]
Kiko le quita el peluquín al Dioni
Otra de las características de este programa es que es posible ver con cuánto mimo se trata a los invitados. Por ejemplo, quitándoles el peluquín. Seamos serios: tampoco es que el Dioni sea un señor que se merezca el respeto de toda España. Pero de ahí a quitarle el peluquín, hay un trecho.
Vamos, el tópico del día era un tema de los más sonados en la historia de España: el atraco del Dioni. Y luego Kiko le quita el bisoñé intentando buscar el dinero ahí. Graciosísimo y original, sí señor.
He tenido hámsters más educados que esta jauría de monos en celo con mentalidad de niños de guardería.
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[nextpage title=»Paz llama chusma a los colaboradores»]
Paz llama ‘chusma’ a los colaboradores
Antes teníamos respeto a Paz Padilla porque era humorista. Y tenía sus puntos. A veces. Pero todo ese respeto se convirtió en vergüenza ajena cuando decidió presentar ‘Sálvame’.
La mujer quería darle el toque humorístico, fresco, que solía tener. Ahora solo es una más en el gallinero.
Aún así, no nos extraña que de vez en cuando le entre un punto sensato, y diga algo directo como esa vez que llamó «chusma» a los colaboradores del programa. Como si no lo supiéramos. A partir de ahí, todo ha ido cuesta abajo y sin frenos.
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[nextpage title=»Karmele y las bolas chinas»]
Karmele y las bolas chinas
Y aquí llega el colmo del patetismo y de lo bizarro de la televisión. Ese momento en el que sientes tal vergüenza ajena, que ya no te da vergüenza solo esa gente, sino ser español en sí. Porque ese tipo de cosas nos representan.
Y ver a Karmele Marchante explicando cómo funcionan las bolas chinas te genera una mezcla de ansiedad, temor y asco. Solo esperamos que si lo viste en directo no estuvieras viéndolo con tus padres. Porque dan ganas de llorar de pura pena.
De hecho, escribiendo esto, a mí me están entrando escalofríos.
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