La innovación tecnológica en el mundo del automóvil avanza a pasos agigantados. Cada coche nuevo que sale al mercado incorpora equipamiento y sistemas que, hace tan solo unos años, eran impensables en vehículos de producción masiva. Sin embargo, no todas estas novedades logran calar entre los usuarios como cabría esperar. Es el caso del asistente de aparcamiento automático, una función que paulatinamente está siendo retirada por algunos fabricantes debido a su escaso uso por parte de los conductores.
A pesar de las ventajas que, en teoría, ofrece este sistema, lo cierto es que su lentitud a la hora de ejecutar las maniobras de estacionamiento ha provocado que una gran parte de los propietarios de vehículos que lo incorporan opten por prescindir del mismo. La demanda ha ido decayendo, lo que ha empujado a marcas como Ford a tomar la decisión de eliminarlo de sus próximos modelos, priorizando el desarrollo de otro tipo de ayudas al conductor consideradas más útiles.
9La personalización como clave

Otra lección que se puede extraer de esta situación es la necesidad de ofrecer opciones personalizadas a los usuarios que quieran un coche nuevo. En lugar de imponer una determinada tecnología de forma generalizada, quizás la solución pase por permitir a cada conductor elegir qué funciones o asistencias desea activar en su coche. De esta forma, aquellos que valoren la comodidad y la practicidad del aparcamiento automático podrían optar por incorporarlo, mientras que quienes prefieran un control manual completo tendrían la opción de desactivarlo. Esta flexibilidad podría incrementar la satisfacción de los clientes y evitar que determinadas innovaciones queden infrautilizadas.