Naturgy pedirá a sus proveedores la huella de carbono en los procesos de contratación, una medida enmarcada dentro de la estrategia del grupo de incorporar desde este año un nuevo criterio de sostenibilidad en sus procesos de compras, informó la compañía.
Así, la energética incluye la gestión de la lucha frente al cambio climático como parte de la evaluación del desempeño de sus proveedores. En la implantación de este requisito, la compañía establecerá dos fases.
En una primera, de manera voluntaria, los proveedores serán invitados a incluir como parte de su oferta técnica un certificado en el que una entidad acreditada verifique la medición de su huella de carbono. Esta información podrá ser valorada positivamente por Naturgy en la decisión de adjudicación.
Por su parte, a partir de 2023 y para compras con un determinado nivel de riesgo en cambio climático, la presentación de este certificado será obligatoria.
Además, desde el pasado mes de enero se exige que determinados proveedores, en función de su riesgo de cambio climático o por el importe del contrato por el que licitan, informen anualmente a la compañía de su grado de desempeño en materia climática a través de la cumplimentación del cuestionario ‘CDP Supply Chain’.
REDUCIR LA HUELLA DE CARBONO DE SU CADENA DE SUMINISTRO.
Con este nuevo paso en la lucha contra el cambio climático, la compañía presidida por Francisco Reynés indicó que pretende reducir la huella de carbono de su cadena de suministro y extender sus compromisos sociales y ambientales a toda la cadena de valor.
Además, la compañía contribuirá a que el ecosistema de pymes con el que colabora implante los criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) en su modelo de gestión.
El año pasado, Naturgy presentó su nuevo plan estratégico 2021-2025, que fija el objetivo de alcanzar la neutralidad de emisiones en 2050 y una potencia instalada de fuentes renovables cercana al 60% al final del periodo.
La energética prevé invertir 14.000 millones de euros durante la vigencia del plan, de los que aproximadamente dos tercios se dedicarán al impulso de la generación renovable, para pasar de los 5,2 gigavatios (GW) operativos actuales a los más de 14 GW previstos para estar operativos al final de 2025.