El fiscal Miguel Mínguez ha sentenciado en su informe final en el juicio contra César Román, alias el ‘Rey del Cachopo’, que los hechos probados en el juicio determinan que acabó con la vida de Heidi Paz la madrugada del 5 de agosto de 2019 y procedió a posteriori a seccionar el cadáver para dificultar su identificación.
«Debe haber un respeto por los difuntos y por sus familiares. En este caso se privó a la familia de enterrar las partes que no han aparecido», ha aseverado el representante del Ministerio Fiscal, quien solicita quince años de cárcel para el acusado por un delito de homicidio, con la agravante de parentesco y razón de género, y profanación de cadáver.
El juicio quedará a lo largo de la mañana visto para sentencia con la última palabra del acusado, que se reafirmará en su inocencia. Su defensa, la abogada Ana Isabel Peña, anunció ayer que solicitaba su libre absolución.
En su informe, el fiscal ha enumerado los indicios que permiten enervar la presunción de inocencia del ‘Rey del Cachopo’, de 47 años. En primer lugar, ha mencionado que el móvil de Heidi estaba en poder del acusado, dado que la Policía lo localizó en el piso que alquiló César Román en Zaragoza para ocultarse. En el terminal constaba la última llamada realizada por la joven a su pareja a las cinco de la madrugada y que sería su última conexión.
Según el fiscal, la muerte de Heidi se produjo ese día aludiendo a la pericial en la que se habló de que las larvas de insectos aparecidos en la maleta en el que se halló el torso situaban la data del fallecimiento cercano a ese día.
Otro de los indicios en el que se apoya el fiscal es el comportamiento «controlador» del acusado conforme a la declaración de Gloria, la madre de la joven, y sus exparejas, entre ellas su exmujer y madre de su hija menor. En relación a Natividad, ha mencionado como tercer indicio los antecedentes penales al tener una condena por hechos violentos relacionados con su exmujer, con la que convivió durante catorce años.
El cuarto indicio es el conocimiento de César en manipular carne, apoyándose en la pericial de dos forenses que determinaron que el asesino sabía seccionar al cortar a la perfección el cuerpo por las articulaciones, algo propio de carniceros o cirujanos.
De igual modo, ha mencionado la maleta en la que se halló el tronco, reconocida por la madre de la chica y por una de las exparejas de César, Sara. El ADN del torso coincidía en un 99,991285 con el perfil genético de Gloria. Además, ese ADN se halló en un rodapié en el piso de la calle López Grass, donde vivía César antes del crimen.
También ha aludido a la testifical del taxista que trasladó a César a la nave la mañana del 5 de agosto de 2019 y que reconoció la maleta del crimen en la Sala. Otro de los indicios es que César era una de la pocas personas que tenían las llaves de la nave, lugar en el que iba a ubicar su sexta sidrería.
Los posicionamientos telefónicos del móvil de César en las antenas repetidoras le sitúan a las 13.00 horas del 13 de agosto de 2019 en un lugar próximo a la nave. Ese día, los bomberos hallan la maleta tras ser alertados por el conserje de un edificio próximo que alerta de un pequeño incendió y que vio a una persona echar el cierre a esa misma hora, a las 13.00 horas.
Entre otros hechos, el fiscal ha destacado que la huella del acusado se halló en el tapón del bote de la sosa cáustica empleada para destruir el cadáver y cuya anilla de seguridad se localizó en el tronco de la maleta.
El fiscal ha tachado de «inconsistente» y «absurdo» el relato del acusado acerca de que le amenazó una banda criminal de vuelcos de droga en la que colaboraba su pareja y en la que había hasta un comisario.
«La muerte de Heidi es una muerte para eliminar rastros de identificación», ha destacado. «No se ha aportado prueba que desvirtúe todo este conjunto de indicios, lo que nos lleva a la única explicación de que fue el acusado quien acabó con la vida de Heidi», ha sentenciado.
UNA PELÍCULA
En su turno, el abogado Ramón Fernández de Mera, que representa a la familia, ha expuesto su argumentación para sustentar la calificación penal de un delito de asesinato, maltrato habitual y profanación del cadáver, por lo que reclama veintiocho años y cinco meses de cárcel.
«Entiendo que hay circunstancias agravantes de asesinato como alevosía dado que hay sorpresa en el crimen. No está acreditada la disposición previa. Ella acudió a casa de César esa madrugada sin saber lo que iba a pasar. No iba a acudir al matadero voluntariamente. Concurre una fuerza física«, ha reseñado.
Además, ha señalado en relación al móvil del crimen que César era una persona «celoso» y «pretendía que Heidi fuera una posesión suya y podía disponer de ella libremente».
«César huye, se oculta, cambia su aspecto, miente en papeles. Tiene conciencia de lo que ha hecho e intenta ocultarlo No está acreditado los vuelcos ni que haya una banda corrupta», ha dicho.
Tras ello, ha citado la teoría de la ‘Navaja de Ockham’ para indicar que en este caso probablemente ocurriera la explicación más sencilla frente «a las películas que se monta» el acusado. «Acude posiblemente al domicilio para decirle que la relación se ha terminado y él entra en cólera y la mata. Queda de forma palmariamente clara que es caso de violencia de género», ha zanjado.