Las actrices Emma Suárez, Maribel Verdú, Amaia Salamanca y Bárbara Goenaga han aceptado este domingo la invitación del Festival Internacional de Cine de Almería (Fical) y se han reunido en torno a una mesa para reflexionar sobre el impacto de una pandemia que les ha llevado al «miedo», la «frustración», la «desinhibición» y a un «cambio de mentalidad» que, a juicio de Verdú, torna «a todos aquellos que consiguen sacar adelante una película, una obra de teatro o un festival en héroes y heroínas».
El ‘Encuentro sobre cine y TV’ de Movistar + en el marco de Fical, que ha sido moderado por el periodista Luis Alegre, ha dejado también espacio a un optimismo porque «afortunadamente en estos momentos, la gente está yendo al cine y al teatro» y «estamos siendo muy buenos, respetando todos las medidas de seguridad, sin que nadie se haya contagiado en un cine o un teatro».
«Ahora más que nunca es el momento en que necesitamos todos leer libros, escuchar música, ir a museos, ver cine, ver teatro y que nos cuenten historias que nos saquen un poco de esta situación tan terrible para alimentar nuestro espíritu», ha trasladado Emma Suárez ante el auditorio que se ha dado cita en el Teatro Cervantes de la capital para disfrutar de uno de los pocos festivales cinematográficos que ha mantenido su actividad presencial combinada con actos telemáticos.
Emma Suárez ha hablado de «frustración» y del «miedo» que produce el pensar que las películas «ahora pueden quedarse enlatadas, sin verse». «Si ya rodar es muy complicado, cuando estrenas nunca sabes el viaje de esa película, cómo va a terminar, pero si sumas que siempre estamos deseando mostrarla al público, es muy preocupante y se pasa mal».
Ha aludido a la «frustración» con ‘Invisibles’, «con un estreno maravilloso y el cine lleno» una semana antes del primer estado de alarma y al «miedo» con ‘Una ventana al mar’, «sobre lo que todo tuvo que ser cancelado».
«Ahora se ha estrenado en salas pero cuando se proyectó en el Festival de Barcelona, en junio, me conmovió ver como el director, Miguel Ángel Jiménez, muy valiente, muy optimista y que siempre tiraba del equipo, estaba realmente preocupado y apagado. Eso me conmovió y me dio a la vez mucho coraje», ha dicho.
«PASO DE METERLE LA LENGUA AHORA MISMO A ALGUIEN»
Maribel Verdú ha contado que los cinco meses de rodaje de la serie ‘Ana Tramel. El juego’ han transcurrido entre «medidas excepcionales de seguridad» y «han acabado sin que nadie enfermara», pero ha revelado que pidió a la productora como condición ‘sine qua non’ que se «eliminasen» las escenas de besos.
«Yo dije que no besaba a nadie en estas circunstancias; paso de meterle ahora mismo la lengua a alguien, no me sale, no quiero», ha afirmado, entre risas, para a continuación añadir que «esta historia se podía contar sin escenas de cama, bastaban miradas de deseo y corte, no es ‘Y tu mamá también'».
Tras reiterar lo «mucho» que la productora ha cuidado al equipo de la serie, ha trasladado que «espera» que esa tendencia «siga así». «Son héroes y heroínas todos los que consiguen hoy sacar adelante un festival, un rodaje o una obra de teatro, porque realmente son tiempos difíciles para todos y es para quitarse el sombrero», ha apuntado.
Maribel Verdú también ha aludido a esas películas que corren el riesgo, o en este caso, ha quedado «enlatadas, ahí, sin que la haya visto nadie, ni nadie sepa de su existencia» pero que ahora se puede visionar en Movistar; ‘Doble más 15’, «una belleza de cine independiente de Mikel Rueda, muy personal y que amo», ha remarcado.
El «cambio de mentalidad a la hora de contar historias» provocado por la pandemia ha sido para Amaia Salamanca «rarísimo» y con una «adaptación difícil», según ha explicado.
«Es una profesión de mucho contacto, donde hay un equipo muy unido, y en la que siempre haces mucha piña, pero en la película que acabo de rodar se me hacía rarísimo todo. Normalmente creas una naturalidad, un día a día que hace que llegues más contento a trabajar y, el primer día, me quedé helada. Había seriedad, tristeza, todos con las mascarillas, y me resultó muy complicado adaptarme a eso», ha apuntado por su parte.
«LA PANDEMIA ME QUITÓ EL FILTRO»
A su lado, la actriz Bárbara Goenaga, quien tenía previsto rodar una película en verano en el interior de un avión cerrado y «que lógicamente no pudimos hacer», ha confesado que estos meses, en especial los del confinamiento total, «con tres hijos pequeños, sin trabajar» le llevó hasta «un momento muy liberador».
«La pandemia me quitó el filtro y aún continúo», ha concluido tras detallar que su profesión «y la creatividad» le «ayudó a sobrevivir».
Bárbara Goenaga, según ha dicho, «aprovechó» la situación para «crear» y «hacer algo que llevaba mucho tiempo esperando y que no me atrevía a hacer, pero ya no tenía excusa».
«Hice una serie de vídeos absurdos con una locura de persona en el que ya venía trabajando y eso me sirvió para quitarme muchos lastres, vergüenzas o pensamientos de qué van a decir si me ven hacer esto en redes. Era un momento de horror, de tragedia, pero fue un momento muy liberador», ha concluido.