Turull asegura que la raíz del proceso es política y advierte que su condena “no va a descabezar el independentismo”

El excoseller Jordi Turull hizo uso también de su derecho a la última palabra en el juicio por el proceso independentista en Cataluña y reiteró que la raíz del proceso penal “es política”. Reafirmó su compromiso con la defensa de los valores independentistas y con la convicción de que “el diálogo tiene que ser el camino”, a la vez que advirtió a quienes pretenden acabar con el secesionismo con este juicio que “no van a descabezar el independentismo”.

Emocionado por momentos durante su intervención, tuvo que beber agua y parar al final de su alocución. “Llegué a esta bancada como acusado por mi actividad política, y sí, por mis ideas. Estoy aquí por mis ideas, porque no renuncié a mi actividad política”.

“La política”, continuó, “la vivo como una vocación de servicio a los demás, de trabajar honestamente para los ciudadanos de Cataluña. Como humano que soy, habré tenido errores y aciertos. Tengo convicciones profundas y eso es lo que me permite comprender las convicciones también profundas contrarias a las mías. Soy independentista, no lo voy a esconder, lo soy y lo seré. He defendido la autodeterminación, la he defendido, la defiendo y la defenderé. Estoy más comprometido que nunca con la voluntad de los ciudadanos de Cataluña”.

Insistió, a continuación, en que “el diálogo tiene que ser el camino”. Hizo también una reflexión sobre quienes confunden “discrepancia y respeto. Confundir la discrepancia con la falta de respeto sólo existe en mentalidades poco seguras de sí mismas o autoritarias”.

Turull aseguró que “a los independentistas se nos quiere aplicar reglas de juego distintas que al resto de los mortales”. Este juicio, denunció, ha sido concebido por algunos como un “escarmiento” o como una vía para “descabezar al independentismo a costa de lo que sea” y en nombre de ese objetivo “el principio de legalidad ha pasado a mejor vida”.

«En este juicio está en juego la amplitud que damos a los derechos y libertades fundamentales, para nosotros y para nuestros hijos», dijo antes de recordar que cuando desde el Ejecutivo catalán se pidió diálogo “el Gobierno del Estado solo nos ofreció el desprecio».

Desde entonces, defendió, “la política en mayúscula y el Derecho penal como última ratio han pasado a mejor vida”. A su entender, «el origen de toda esta causa y los hechos solo tiene una raíz política» y descartó que su encarcelamiento pueda suponer el descabezamiento del movimiento independentista.

«Somos meros instrumentos del clamor que se vive en Cataluña y no al revés; la sociedad catalana es adulta, tiene criterio propio, los catalanes no son ovejas y la violencia nunca ha formado parte de su código de conducta», aseveró.