Aunque exista una desconfianza popular, los antidepresivos son realmente eficaces y seguros. Al igual que ocurre con todo medicamento, hay que seguir ciertas normas tanto a la hora de consumirlo, como a la hora de dejar de hacerlos. En los casos de depresión, lo más común es que las personas que han padecido este tipo de trastorno abandonen su consumo unos seis meses después de que la enfermedad haya desaparecido, aunque no sea algo recomendado por los especialistas. A continuación te contaremos qué le puede a tu organismo si dejas los antidepresivos de golpe.
Los antidepresivos no son moco de pavo

Más allá que seis meses parezca mucho tiempo, la depresión no es un chiste y los antidepresivos no son un ibuprofeno. Posiblemente, este sea el motivo por el cual la primera recomendación sea no ingerirlos más tiempo del estrictamente necesario, debido a que alargar el tratamiento puede hacer que sea mucho más difícil el poder dejarlos, y que además aparezcan distintos problemas secundarios. De acuerdo al Consejo General de Farmacéuticos, únicamente el 28% de los pacientes que consume estos medicamentos en España cumple adecuadamente el tratamiento.
No es un problema menor

En tal sentido, un informe presentado del Parlamento Británico aseguraba que el 56% de las personas que tratan de dejar de consumir antidepresivos suelen sufrir efectos de abstinencia, y el 46% de lo que los sufren los describen como muy penosos. Si se tiene en cuenta que el 7,5% de los habitantes de España consumen antidepresivos, no nos estamos refiriendo a una cuestión menor.
¿Por qué no dejar los antidepresivos de golpe?

Según los especialistas, dejar de consumir antidepresivos de manera repentina puede causar ansiedad, insomnio, dolores de cabeza, mareos, cansancio, irritabilidad, sensaciones de descarga eléctrica, y la reaparición de los principales síntomas de la depresión. Por estas razones, claramente es aconsejable dejarlos de manera correcta y no de un día para el otro.
La voz de los especialistas

En este punto, es necesario tener en cuenta que cada sujeto tiene sus particularidades, y cada antidepresivo tiene características concretas. “Algunos son más activadores y otros más sedativos. El perfil receptorial es diferente, y por ello debemos realizar una desescalada acorde con el tipo de fármaco y también acorde a las características tanto objetivas como subjetivas del paciente”, afirmó la médica psiquiatra María Robles.
Antidepresivos y puntos a considerar sobre su consumo

Por otro lado, dentro de los antidepresivos y de los ansiolíticos hay varias familias de fármacos. En este sentido, la doctora aseguró que “por lo que siempre debe hacerse la desescalada o suspensión de la dosis bajo la pauta de un psiquiatra especializado”, manifestó Robles. Además, agregó que la gran mayoría de los fármacos antidepresivos deben “retirarse de manera gradual, por lo que hay que ir bajando la dosis hasta llegar a la más pequeña de ese fármaco de la que tengamos presentación en farmacia”.
Poco a poco dejarás los antidepresivos

Mientras el tratamiento para tratar la depresión va avanzando, las cantidades de antidepresivos son reducidas paulatinamente. “Se dividirá a la mitad la pastilla durante un período de tiempo establecido y, posteriormente, se pasará a días alternos hasta su suspensión. Si la retirada se hace de manera escalonada y gradual, el paciente no tiene por qué notar ningún síntoma de abstinencia. Si el paciente se nota más ansioso, inquieto, con cierta labilidad emocional o más irritable, hemos de volver a subir la dosis hasta que esta sintomatología desaparezca, y nos mantendremos en esta dosis un tiempo establecido y, una vez estabilizada la situación, volveremos a iniciar la desescalada de dosis”, afirmó Robles a La vanguardia.
La realidad de los ansiolíticos

Muchas veces los pacientes tienen dudas sobre los ansiolíticos. En este sentido, según la especialista, es necesario tener en cuenta otros factores. La dosis de este tipo de fármaco que estaba consumiendo el paciente, el número de consumo diario, el tiempo que ha llevado tomando el medicamento, el número de veces previas que lo ha tomado, el grado de ansiedad que tenía previamente y si han cedido los estresores ambientales, son factores que se deben tener en cuenta a la hora de diagnosticar un tratamiento con este fármaco.
Formas de dejar los antidepresivos

En este sentido, existen varias maneras de realizar la retirada gradual de los antidepresivos, pero la más frecuente es, inicialmente, tener en cuenta que tipo de fármaco consume el paciente: “vida media ultracorta, corta, media o larga. Una vez que sabemos esto, lo principal es pasar de aquellos ansiolíticos de vida ultracorta, corta o media, a aquellos de vida media más larga, ya que estos precisan de menos tomas diarias y, frecuentemente, de menos dosis. Una vez que la ansiedad está estabilizada con estos fármacos, empezamos a disminuir también su dosis de manera paulatina y muy gradual”, finalizó.