Uno de los mayores terrores que existen es que las toallas pierdan el color con los lavados. Con el paso del tiempo, es normal que el color no tenga la misma intensidad que cuando se compró. Sin embargo, si sabemos cómo cuidarlas bien pueden mantener un color bastante cercano al original. Es una cuestión de saber qué pasos hay que realizar y qué trucos podemos hacer para que la decoloración ralentice.