Una víctima de abuso sexual en Ibiza: «Yo pensaba que los padres de mis amigas también les hacían eso a ellas»

Una joven ha sostenido este viernes, ante un Tribunal de la Audiencia Provincial de Baleares, que su padrastro abusó sexualmente de ella durante años en Ibiza. La Fiscalía pide para el acusado una condena de 14 años y medio de cárcel.

En el juicio celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia, la joven, que ahora ya es mayor de edad, ha explicado que no contó nada hasta pasados varios años, entre otros motivos, porque no era consciente de la gravedad de lo que estaba ocurriendo. «Yo pensaba que los padres de mis amigas también les hacían eso a ellas», ha explicado entre sollozos. La joven ha prestado declaración en la sala separada por un biombo del acusado.

La víctima ha explicado que todo comenzó «de forma muy inocente al principio», con juegos de «cosquillas». «No sé en que momento ‘se cruzó'», se ha lamentado. Según ha relatado, de las cosquillas el hombre pasó a besos en la boca, tocamientos y también trataba de forzarle a masturbarle.

Igualmente ha indicado que a veces dormía en la cama con sus padres y una vez él la estuvo «tocando toda la noche», con su madre «al lado» durmiendo. También ha dicho que a menudo él entraba en el baño mientras ella se estaba duchando.

«No sabía qué tenía que pensar, no sabía cómo me tenía que sentir. Nadie me había hablado de qué era el sexo o el consentimiento», ha declarado, visiblemente afectada.

La joven ha señalado que esto ocurrió de forma continua durante varios años, hasta que, en una ocasión, él la penetró, sin llegar a conseguirlo completamente. «Me dijo, «vamos a hacer esto bien», ha apuntado. En ese momento ella se escabulló de la habitación y a partir de ahí comenzó a evitarle.

Entonces, la relación se comenzó a tensar. «Me decía, ‘ya no molas tanto, si ya no te gustan las cosquillas es que ya no molas'», ha contado.

Finalmente, el caso salió a la luz cuando la menor, ya en la adolescencia, acudió a la orientadora de su colegio. Lo hizo para hablar sobre la mala convivencia que tenía con su padrastro, y no pensaba hablar de los abusos, pero el asunto terminó apareciendo en la sesión: «No pensaba en contarlo, lo quería guardar en secreto. La orientadora tardó muy poco en concertar una cita con mi madre».

EL ACUSADO NIEGA LOS SUPUESTOS ABUSOS

Por su parte, el acusado ha negado los abusos: «Eso es una fábula, eso nunca ha pasado», ha dicho.

Además, el acusado ha asegurado que la relación con la niña fue «muy mala desde el principio» porque la menor «tenía malos modales y contestaba». También ha contado que cuando se casó con su madre, la menor «estuvo llorando toda la mañana en el ayuntamiento» por un berrinche supuestamente por celos.

La menor ha declarado lo opuesto, que la relación con su padrastro era muy buena al principio: «Ojalá nos hubiéramos llevado mal, ojalá nunca me hubiera tenido que tocar ni un pelo, ni dar la mano por la calle», ha dicho la hijastra.

El acusado también ha afirmado que la madre de la menor le habría exigido, a través de un abogado, 50.000 euros a cambio de no denunciarle. La madre ha negado ese extremo, asegurando que eso es «mentira» y que «nunca» le ha pedido dinero. De hecho, esa acusación del padrastro ya fue objeto de otro juicio por supuesta extorsión, y la mujer resultó absuelta.

Hay otro punto en el que difieren las declaraciones del matrimonio. El hombre ha afirmado que, cuando la orientadora del colegio informó a la madre, ésta no había creído a la niña y que él se fue voluntariamente de la casa porque «la tensión era muy fuerte» y «aquello era insostenible». Sin embargo, la mujer ha declarado que creyó a su hija desde el principio y que «echó» al hombre ese mismo día en cuanto llegó a casa.

La madre ha mantenido que la relación entre su pareja y su hija era buena al principio, y que ella no sospechaba porque confiaba en él. «Nos engañó a las dos», ha dicho. Cuando la orientadora le dijo que la niña había relatado que su padrastro abusaba de ella, la mujer se quedó «en shock».

La madre se ha lamentado por no haberse percatado de lo que estaba ocurriendo. «Yo estaba tranquilamente pensando que se lo estaban pasando bien jugando, y el que se lo estaba pasando bien era él». La mujer también ha declarado que su pareja «controlaba el móvil» de su hija.

PRESUNTAMENTE CONFESÓ LOS TOCAMIENTOS A UN CONOCIDO

Por otro lado, una conocida de la pareja ha explicado que su marido, ya fallecido, tuvo una conversación en un bar con el acusado, cuando la niña ya había contado los abusos. Según la testigo, el hombre estaba contando a su marido que su pareja le había echado de casa y le dijo «que efectivamente sí la tocaba, pero que no la había penetrado».

Por último, una psicóloga que examinó a la menor ha considerado que aportó un testimonio «muy creíble» ya que su relato reúne varios rasgos que indican verosimilitud. Igualmente ha corroborado lo contado por la víctima: «Me dijo que en un momento él quiso ir ‘más allá’, y que se sintió ‘como una cucaracha’ encima de él».

La facultativa también ha explicado que es muy habitual, en casos de abusos a menores con estas características, que no lleguen a contar lo ocurrido hasta que alcanzan cierta madurez.