El 41 por ciento de los españoles desea prohibir los vehículos contaminantes en el centro de las ciudades –frente al 34% de europeos– y el 39 por ciento confía más en acometer «cambios radicales» en los hábitos individuales para luchar contra el cambio climático, frente al 29 por ciento que da más importancia a las innovaciones tecnológicas, según la tercera edición de la encuesta del clima 2020-2021 del Banco Europeo de Inversiones.
La encuesta analiza las expectativas de los ciudadanos europeos en la acción contra el cambio climático y se centra esta vez en lo que piensan que puede contribuir a la transición de una economía verde.
En concreto, concluye que el 82,1 por ciento de los españoles opina que la acción climática debe tener en cuenta las diferencias de ingresos y la desigualdad social y en la actualidad, el 39 por ciento de los encuestados desea que el teletrabajo se extienda, con el fin de reducir los desplazamientos contaminantes.
Por otro lado, el 29 por ciento de los encuestados cree que las nuevas tecnologías tendrán un impacto más significativo, mientras que el 17 por ciento optaría por dar prioridad a la inversión pública y privada en proyectos respetuosos con el clima.
No obstante, los europeos opinan de manera diferente. En Portugal, el 51 por ciento, en Eslovaquia el 44 por ciento; en Luxemburgo, el 43 por ciento y en Alemania, el 42 por ciento opinan, como el 39 por ciento de los españoles que los cambios radicales de comportamiento supondrán el impacto más importante en la lucha contra la crisis climática. Sin embargo, los ciudadanos de los países nórdicos confían más en la innovación tecnológica, con Suecia a la cabeza, el 40 por ciento; Finlandia el 38 por ciento y Dinamarca, el 36 por ciento.
La encuesta del BEI, el organismo europeo que se ha convertido en el mayor prestamista para proyectos de acción contra el cambio climático, ha sido publicada este miércoles en el conjunto de la Unión Europea y refleja que no hay un consenso sobre las razones para reducir el consumo de combustibles fósiles.
Así, a la pregunta de por qué España debería reducir su dependencia de los combustibles fósiles, el 49 por ciento de los españoles encuestados ha respondido que por el rápido agotamiento de las reservas mundiales o porque es una forma de depender menos de los recursos de otros países.
El 27 por ciento, por su parte, considera que el principal beneficio de disminuir el uso de combustibles fósiles es reducir la contaminación.
Asimismo, para el 60 por ciento de los encuestados españoles, los cambios en el sector energético (por ejemplo, un mayor uso de recursos energéticos renovables) son la principal prioridad en la lucha contra el cambio climático, por encima de los vecinos europeos (49 por ciento).
En cuanto al transporte, el 41 por ciento de los españoles encuestados afirma que el uso de coches eléctricos es la máxima prioridad y considera que el transporte es el segundo sector en orden de prioridades en la lucha contra el cambio climático.
Por otro lado, el 55 por ciento de los ciudadanos españoles aboga por subvenciones para coches eléctricos, frente a una media del 40 por ciento en el conjunto de la UE. En ese sentido, en sus desplazamientos urbanos, los españoles han mostrado en la encuesta su deseo de contar con un transporte público más eficiente. Esta es la opinión del 73 por ciento de los españoles de 65 años o más.
Otro de los aspectos consultados en la encuesta es la prohibición de productos más contaminantes y mejorar los sistemas de reciclado y, en ese aspecto, el 52 por ciento de los españoles está a favor de prohibir los productos y servicios que más gases de efecto invernadero producen y el 49 por ciento opina que es «necesario» mejorar los sistemas de reciclado para hacer frente al cambio climático.
A NIVEL MUNDIAL
La encuesta del BEI compara los datos de los distintos países de la UE con países como China o Estados Unidos y ahí se observa una mayor discrepancia de opinión entre los ciudadanos del mundo sobre la forma de limitar el cambio climático.
Por ejemplo, en China y Estados Unidos, creen que la innovación tecnológica es la forma más eficaz de luchar contra el cambio climático, el 35 por ciento de los encuestados chinos y el 34 por ciento de los encuestados estadounidenses. Esta opción va por delante de la modificación de los comportamientos individuales, primordial para el 32 por ciento de los chinos y el 31 por ciento de estadounidenses.
Al conocerse la encuesta, el vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones, Ambroise Fayolle, ha manifestado que los ciudadanos de toda Europa envían un «mensaje alentador» ya que creen «firmemente» en el poder de su comportamiento individual para hacer frente a la crisis climática.
«Una gran mayoría de los europeos cree que la acción climática debe tener en cuenta las desigualdades sociales para ser eficaz: nadie debe quedarse atrás en la transición verde. Este factor es crucial», ha celebrado.
En ese sentido, ha manifestado la necesidad de «ampliar y acelerar drásticamente las acciones y explorar soluciones diferentes, innovadoras y rompedoras, para ayudar a las personas a avanzar hacia un futuro más sostenible». «Esto es lo que nos comprometemos a hacer a través de nuestra nueva Hoja de ruta del Banco Climático, en apoyo del Pacto Verde Europeo», ha concluido.