Dieta del tomate: cómo adelgazar muchos kilos sin sufrir

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Las dietas nos traen por la calle de la amargura con más frecuencia de la que deberían. Son prácticamente infinitas las ofertas, los métodos y las estrategias para perder kilos y mejorar nuestra figura. Pero nos asaltan muchas dudas por cada dieta que se nos ofrece. ¿Qué contraindicaciones tiene?, ¿cuál es su efectividad?, ¿cuánto tiempo hay que seguirla para empezar a notar resultados? Quizás esta dieta, la bautizada como “del tomate”, te pueda resultar interesante. 

Lo importante ante todo, sugieren los expertos, es la precaución. No lanzarse a la primera dieta que veamos, sino medir bien qué vamos a hacer y, si es posible, consultarlo con un especialista. En cualquier caso, esta dieta del tomate es de las más nutritivas y saludables de cuantas estemos pensando en implementar. Además, al ser el tomate un alimento de gran versatilidad, podemos cocinarlo de muchas formas diferentes y no aburrirnos nunca.

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Zumo de tomate y ensalada

Como habrás podido adivinar, la dieta del tomate consiste en tomar únicamente tomate para el desayuno, la comida y la cena. Eso sí, de diferentes formas y aderezado con distintos complementos. Aquí la imaginación de cada uno juega un papel importante, y hay numerosas opciones para tomarnos nuestra ración de tomate. Para el desayuno puedes tomarte un zumo de tomate, un tomate entero en rodajas con un poco de sal o dos tomates hervidos con un poco de romero. 

Para la hora de la comida las opciones se reducen un poco y habremos de optar por la clásica ensalada de tomate y lechuga. Podemos añadirle también un poco de soya, algo de pimiento morrón, limón y aceite de oliva. A media tarde, si te entra el gusanillo, puedes tomarte otro zumo de tomate. Para la cena, una vez más repetimos: zumo de tomate o ensalada de tomate y lechuga.