El Racing de Santander ha recibido un duro golpe que podría tener consecuencias significativas para el proyecto liderado por José Alberto. La noticia de la marcha de Mikel Martija, el artífice de la transformación del club en los últimos tres años, supone un revés irreparable que deja huérfana la dirección deportiva y genera incertidumbre sobre el futuro de la entidad.
La decisión de Martija de priorizar a su familia, comunicada personalmente al presidente Manolo Higuera, ha sorprendido a todos. A pesar de negar cualquier oferta de otro club, su partida deja un vacío inmenso en un Racing que, bajo su batuta, ha pasado de luchar por no descender a Primera RFEF a soñar con el ascenso a LaLiga EA Sports. José Alberto pierde a su gran aliado en los despachos.

Mikel Martija: El arquitecto del Racing de Santander
Mikel Martija ha sido, sin duda, la figura más decisiva en la resurrección del Racing de Santander en el último trienio. Su visión y su capacidad para detectar talento han sido fundamentales para construir la plantilla que ha maravillado en Segunda División. Fue él quien trajo a jugadores clave como Iñigo Vicente, Arana, Andrés y Peque, futbolistas que se han convertido en la columna vertebral del equipo de José Alberto.
Pero su labor no se limitó a los fichajes. Martija también fue el encargado de renovar a estos talentos, asegurándose de que, en caso de una futura salida, dejaran una importante suma de dinero en las arcas racinguistas. Su gestión económica y deportiva ha sido impecable, dotando al club de una estabilidad que le ha permitido competir con garantías y mirar hacia objetivos ambiciosos. La huella de Martija en el Racing, y en el trabajo de José Alberto, es imborrable.
La apuesta por José Alberto y el futuro incierto del Racing
Uno de los mayores aciertos de Mikel Martija fue su apuesta personal por José Alberto como entrenador. El director deportivo confió en el técnico asturiano cuando muchos dudaban, y el tiempo le ha dado la razón. Juntos, han formado una dupla que ha llevado al Racing de Santander a cotas impensables hace apenas unos años, pasando de la agonía del descenso a Primera RFEF a la ilusión de un posible ascenso a la élite del fútbol español.
La marcha de Martija deja a José Alberto en una situación delicada. Se va el hombre que le dio la oportunidad, que confió en su proyecto y que le proporcionó las herramientas necesarias para triunfar. Ahora, el Racing se enfrenta al desafío de encontrar un sustituto que esté a la altura del legado de Martija y que pueda mantener la progresión del club. La incertidumbre se cierne sobre El Sardinero, con la esperanza de que el proyecto de José Alberto no se vea truncado por este revés irreparable.
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