Es secreto de la dieta atlántica frente a la dieta mediterránea en España

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En las costumbres alimenticias de nuestro país encontramos dos grandes pilares que han marcado un legado saludable y delicioso, con reconocimiento internacional: la dieta atlántica y la dieta mediterránea. Aunque comparten ciertos principios básicos, como la importancia del consumo de frutas, verduras y pescado, hay matices que las hacen únicas y distinguidas, cada una con sus secretos para una vida longeva y un paladar satisfecho.

Mientras la dieta mediterránea ha ganado una fama casi mítica, avalada por incontables estudios, la dieta atlántica comienza a despuntar como un modelo de alimentación igual de válido, con sus propios beneficios y particularidades que merecen ser destacados.

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LA DIETA MEDITERRÁNEA: TRADICIÓN DE MAR Y OLIVAR

Por su parte, la dieta mediterránea ha sido elevada a la categoría de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, lo que subraya su valor cultural y nutricional. En ella, el aceite de oliva virgen extra es el oro líquido que baña cada platillo, desde la simple tostada de pan a las más elaboradas preparaciones. El pescado, aunque también presente, comparte el podio con una gran variedad de frutas y verduras frescas, cereales integrales, frutos secos y legumbres.

La versatilidad de esta dieta permite adoptar desde platos simples a creaciones culinarias de alta cocina, siempre bajo el paraguas de la frescura y la calidad de sus ingredientes. Un aspecto clave es la importancia del vino tinto, tomado con moderación, que acompaña a menudo las comidas y cuya presencia en la dieta ha sido objeto de innumerables estudios relacionados con la salud cardiovascular. La dieta mediterránea se enorgullece de sus productos frescos de temporada, que no solo nutren el cuerpo, sino que fortalecen las tradiciones culinarias locales y la cohesión comunitaria.