La tarta capuchina es una de las tantas recetas de postres tradicionales con origen de convento y tal como lo indica su nombre, esta tarta proviene de los conventos de clausura, exactamente de los de las monjas capuchinas, quiénes aprovechaban huevos frescos azúcar y solo un poco de maicena para preparar deliciosos postres.
En España hay una gran tradición de postres de convento, ¿quién no se ha deleitado con alguno de ellos? Las deliciosas natillas o las incomparables yemas de Santa Teresa… si hay algo que caracteriza a este tipo de dulce tradicional, es la poca cantidad de ingredientes que se precisan y también la delicadeza de sus resultados. Si quieres sorprender a todos con una verdadera delicia, prepara esta tarta capuchina y verás lo fácil qué será.
8Prepara la tarta para poder vaciar el almíbar
Una vez que retires la tarta capuchina del horno, toma un palillo de brocheta y procede a pincharla por toda su superficie. Es muy importante que realices esto sin haberla desmoldado. Hazlo con cuidado para evitar romper la tarta.
Pinchar la tarta es un paso primordial que no puedes dejar de hacer, ya que con este lograrás que el almíbar empape cada rincón de la masa otorgándole una rica jugosidad y también dulzor.
