Atados a los móviles. Así vivimos todo el día, y la verdad es que para la gran mayoría es difícil pasar una jornada sin la tecnología. Y es que, las nuevas tecnologías han ayudado enormemente a facilitar múltiples tareas del quehacer cotidiano. Desde el trabajo, entretenimiento, a nivel informativo y también educativo. Sin embargo, la tecnodependencia es, sin duda, uno de los males mayores que enfrenta la sociedad actual. Por lo tanto, reducir el uso de estas herramientas es crucial para llevar un estilo de vida saludable. Porque para nadie es un secreto que las pantallas pueden enfermar a cualquiera.
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Internet, un mundo abierto al que todos tienen acceso
Hay que reconocerlo, Internet ha sido uno de los mejores inventos del hombre. En todos estos años ha evolucionado de una forma inimaginable. La red de redes que nos acompaña a día de hoy, avanza a un ritmo vertiginoso. Por eso es que en esta realidad tecnológica casi todos tienen acceso a un mundo tan abierto que, así como tiene cosas positivas, también posee su lado inquietante. Desde los móviles, tabletas, ordenadores… Son dispositivos que han llegado para quedarse, porque sencillamente son parte esencial de la vida. Pero claro, todo en su justa media; evitar la sobreexposición es la clave.
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Es normal que la gente no sepa cómo despegarse de los móviles
Hemos pasado de ser una sociedad informativa donde el papel era importante, a una sociedad digital, donde lo que prima es la pantalla. En este devenir, los móviles se han convertido en el principal instrumento de comunicación y diversión de las personas. Su facilidad, las ventajas a la hora de cortar distancias, y con Internet haciendo de las suyas, han creado el ambiente perfecto para vivir hiperconectados a esta realidad virtual que no tiene ni una pinta de parecido a lo que cada cual vive en su cotidianidad. Aún así, no hay que satanizar la web. Sino más bien los hábitos que se practican, los cuales se ejecutan de forma inconsciente.
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Nadie se ve alejado de las redes, y menos de sus móviles
Simplemente la tecnología ha marcado un antes y un después en la vida de todos. De hecho, ha cambiado la forma en que cada quien se relaciona. Porque ya no son necesarios los encuentros físicos. Puesto que, aparentemente, una videollamada pudiera se suficiente, quizás, para algunos. No obstante, es difícil que alguien se despegue en sí de este ecosistema digital. Porque en gran parte, eso significa estar fuera de lo que marca la pauta, y hasta muchos se sienten relegados. Esto sucede muchísimo con los móviles. Cada día sale un modelo mejor, y se hace «indispensable» cambiar el teléfono antiguo por el nuevo, ya que es el que todos usan. Pero, ¿realmente es sano vivir atados a estas comunidades virtuales?
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La delgada línea entre la dependencia y el uso razonable
Es complejo medir si estamos realmente dándole un uso adecuado a este tipo de tecnologías. Porque existe una línea casi invisible entre lo que es sano y lo que puede considerarse «perjudicial». Y es que, es razonable que tengas un uso continuo de los dispositivos móviles ya que trabajas o es de tu uso diario. Sin embargo, cuando el aparato pasa a ser el protagonista de tu vida y no existe un lugar para la interacción cara a cara, ahí estamos hablando de un tema donde hay, indiscutiblemente, dependencia a la pantallita. ¿Cómo se puede saber? Pues, tal vez por el tiempo que le inviertes en el día. De hecho, puede ser mayor al que generalmente le dedicas para leer un libro o hacer ejercicios.
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Es posible usar la tecnología sin excesos
Por supuesto, es posible que te apropies de las ventajas que han traído los móviles y este tipo de herramientas, sin que se convierta en algo riesgoso para tu salud física y mental. Y no es nada complicado que te desprendas un poco del dispositivo. Sólo amerita cierta educación y de que establezcas prioridades para que tu teléfono, en lugar de ser tu vida, sea un mecanismo que te ayude a rendir en las cosas que tienes que hacer para tu beneficio. ¿Notas la diferencia que existe entre dejar de usar la red a aprender a usarla para un bien?
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Cero móviles durante la comida
De los peores hábitos que cometes y te vuelve un adicto a los móviles. Comer y llevarte el teléfono a la mesa es una acción muy negativa. Realmente te niega la posibilidad de disfrutar de un plato con los tuyos. Esta regla deberías implementar en casa, que nadie tenga el móvil a la hora de comer. De por sí, la comida es uno de los momentos más especiales. Está demostrado que, mientras menos móvil haya en la mesa, mejor. Opta por conversaciones reales con tus acompañantes. El WhatsApp lo puedes responder después.
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Evita las pantallas en tu cama
En España, la falta de sueño se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud. Producto también de la pandemia, los hábitos de sueño de las personas han cambiado, pero para mal. Ya la gente no duerme casi. Un motivo, dentro de tantos, son los móviles. No te lo lleves a la cama. La tecnología es perjudicial para ese momento de descanso, que no solamente es para tu cuerpo, sino también para el cerebro. Aún cuando sigue procesando información mientras estás en reposo. Trata de no usar el teléfono en tu cama. Si vas a dormir, que realmente sea eso. Así, estarás alejado de los trastornos de sueño, que implica mal humor, cansancio y falta de energía para afrontar las tareas del hogar o laborales.
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Establece algunos horarios
El día tiene 24 horas. Son tantas cosas que tienes que hacer que, desde luego, usar tanto los móviles no es lo que debería reinar. Pero muchas veces sucede todo lo contrario. Hay gente que está trabajando, y a la par usa su teléfono, porque tiene que estar en otras cosas. En ocasiones no tiene que ver con lo que hace en ese momento. Lo cierto es que, si quieres reducir el consumo de tecnología, podrías plantearte usarlo por ciertas horas. Te ayudará a concentrarte más en tus oficios, y cada cierto tiempo lees los mensajes si son urgentes. Si se trata de indagar en las redes, es posible que te dediques una hora para actualizarte de las noticias. Después dejas el aparato y avanzas en tu rutina.
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Intenta que tu habitación no esté tan conectada
No es saludable que el sitio donde duermes esté plagado de dispositivos tecnológicos. Esto, al final, te afecta en tu descanso. Va muy en sintonía con el consejo anterior. Evita los móviles cerca de tu cama, igual pasa con los ordenadores, consolas o la misma conexión al Internet. Deja este tipo de aparatos para otra habitación, o en algún espacio que no sea donde sueles descansar. Cuando vengas a ver, vivirás en cuatro paredes y metido en otra realidad que no es la tuya, sino la de la web.
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Horas para apagar el móvil
Parece difícil que la gente apague los móviles. Muchos piensan que puede haber una emergencia y deben estar activo siempre. Ser precavido está bien. Pero si apagas por unas horas tu teléfono no se va a caer el mundo. Hazlo cuando tengas un día libre; o al estar de viaje, en conversiones con tu familia que te hayan visitado… Las largas jornadas con el móvil en la mano puede ocasionar hacer que sufras de fatiga visual, trastornos de sueño, perder un poco la audición y hasta sufrir de problemas cardíacos, o trastornos a nivel mental. Es por tu bien, así que manos a la obra.
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