El vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, ha acusado este martes al Gobierno de «hacer ‘mobbing’ a la mesa de diálogo» al no poner una fecha para que se celebre la próxima reunión.
En una entrevista en TV3, ha asegurado que tiene la impresión de que es el Gobierno central quien «no quiere dar respuesta» al «conflicto catalán» al no fijar una fecha y ha pedido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que evalúe lo que el Estado ha hecho mal para dar respuesta a esta situación.
El vicepresidente ha sostenido que, si la mesa de diálogo no avanza, ERC y Junts tienen un acuerdo de legislatura que «dice lo que se tiene que hacer», es decir, prepararse para lo que denominaron como un nuevo ‘embate democrático’.
Así, ha defendido que el independentismo tiene un consenso cada vez más amplio en la sociedad catalana y ha reclamado que Sánchez ponga sobre la mesa una propuesta sobre cómo resolver el «conflicto»: «Tengo la sensación de que los que no quieren acuerdo son ellos. Nos quieren abocar a otras vías que no sean las del acuerdo», ha insistido.
Puigneró ha defendido que Junts propuso a personas de alto rango del partido para representar a la formación en la mesa de diálogo pero que Aragonès no las aceptó porque no son exclusivamente miembros del Govern.
«No sé a quién más quieren que pongamos. Fíjense si nos lo tomamos en serio que ponemos todo el hierro posible», ha dicho en referencia a su secretario general, Jordi Sànchez; el vicepresidente del partido, Jordi Turull; la líder de la formación en el Congreso, Míriam Nogueras, y él mismo.
Preguntado por las explicaciones de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, sobre el caso del exdiputado de la CUP Pau Juvillà, el vicepresidente ha defendido que ella «ha intentado una solución que le permitiese mantener el escaño», pero ha reconocido que finalmente no lo ha conseguido.
«Finalmente topas con procesos administrativos», ha añadido Puigneró, que ha apostado por un embate unitario del independentismo y ha defendido que trabajarán en la unidad estratégica, aunque ha apuntado que en todos los gobiernos hay discrepancias.