Desde el pasado viernes 3 de septiembre, los cinco capítulos del volumen I de la quinta temporada de ‘La casa de papel’ ya están disponibles. Este esperado retorno ha monopolizado los temas de conversación entre los seriefilos y, en concreto, los seguidores de la exitosa ficción española.
Como siempre hay opiniones dispares sobre la calidad de esta nueva temporada. Sin embargo, y junto a spoilers, en este artículo nos centraremos sobre los aspectos negativos de la nueva entrega.
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Última temporada
Al fin la estirada trama de ‘La casa de Papel’ ha anunciado que esta será la temporada final de la serie. Una ficción que, desde que Netflix la recuperara de su fracaso en Antena 3, ha sido todo un éxito en la plataforma.
El desarrollo final del espacio de Netflix es una de las más esperadas, sino la más, del mundo de las series en este año. Tras cuatro intensas entregas, llega por fin el desenlace final.
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Exceso de acción
Sin embargo, la espera ha podido ser algo frustrante tras el resultado de algunas escenas, o situaciones, que han dejado que desear. El primer elemento perturbador es el exceso de las escenas de acción.
Si bien es cierto que en la serie ya estamos acostumbrados a una estructura rítmica repleta de situaciones comprometidas y, básicamente, de acción, con el final de la serie parece que esto ha aumentado aún más.
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Barrullo generalizado
Este exceso de acción muchas veces a lo largo de la temporada se ha traducido en un barrullo sin sentido. La sensación de pasar de una situación a otra era frenética, y lo que a veces está bien, si es mucho, cansa.
Lo bueno que tiene es que genera inquietud y ganas de ver lo que va a suceder a continuación, pero una escena que ralentice el endiablado ritmo se agradece. Estas han aparecido, pero no de la forma esperada.
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Diálogos menos elaborados
Uno de los fuertes de la serie, sobre todo en las primeras dos entregas, eran los diálogos elaborados. En esta entrega estos se han empobrecido.
Una de las razones ha sido que el personaje del profesor ha aparecido con menos frecuencia en esta faceta, ya que ha estado expuesto casi en la totalidad de los episodios a las torturas de la inspectora Sierra.
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Expresiones humorísticas a la carta
Han suplido los finos y elaborados discursos del profesor por un habla más coloquial, rozando la vulgaridad y lo soez. Esto puede generar gracia en ocasiones puntuales, pero en otros momentos de la serie ha quedado algo cutre y extraño.
Uno de los momentos más raros en este aspecto los protagoniza el policía a cargo de la operación, después de la dimisión de Sierra de sus responsabilidades, el inspector Tamayo. Frases como: “me la has puesto dura”, después de una recomendación de Ángel para que la imagen de la policía quede asegurada frente a la prensa, parece algo forzada, y más si tenemos en cuenta que esa frase viene de una acalorada discusión entre ambos.
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Personajes en segundo plano
Otro de los aspectos negativos es que algunos personajes han quedado en segundo plano. Helsinki, que poco a poco estaba perdiendo protagonismo en la serie, parece que su trama se va agotando.
Otro personaje del que apenas se ha hablado es Río. Aunque a este se le reserva una posición especial en el último capítulo en el que, cuidado spoiler, muere Tokio.
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Palermo poco protagonismo
Otro de los personajes que se ha quedado un poco al margen es Palermo. Si bien es cierto que en la cuarta temporada parecía tomar en algunos momentos el liderazgo de la banda, en esta ha quedado en un segundo plano.
De hecho, parece una intención clara del guion ya que incluso el personaje lo afirma. Pero nos hemos quedado sin sus excentricidades, aunque alguna aparece, y eso le quita algo de chispa a la serie.
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Evolución repentina de la relación Denver y Estocolmo
Con las demás tramas algo más descuidadas, la relación entre Denver y Estocolmo toma una importancia que antes parecía menos relevante. En esta temporada, y sobre todo desde la rebelión de Arturito y el resto de rehenes que acaba en la muerte del blanquero a manos de Estocolmo, gran parte de la trama gira en torno a Denver y a Estocolmo.
Lo raro, o descafeinado, es que apenas han intercambiado diálogo entre ellos. Y, sin embargo, parece que muchas cosas han cambiado entre ellos. No parece que tengan ya la misma complicidad, es como si no nos hubieran contado toda la historia, o simplemente, que han querido acelerarla para meter esa trama como sea.
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Escenas poco creíbles
Uno de los grandes problemas de la serie, es la poca credibilidad que tienen algunas escenas, así como alguna de sus localizaciones. En esta temporada no hay graves problemas de localización, sin embargo, las escenas de acción gozan de poco crédito.
En particular una escena del último capítulo. En esta, Tokio, con reflejos de gato, salta girando sobre sí misma para capturar una inesperada granada que hubiera significado probablemente el final de ella, Denver y Manila. Finalmente, y en el mismo salto, logra lanzarla por donde ha venido y causar el efecto contrario. Mucha espectacularidad, mucho artificio, poca verdad.
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Flashbacks relajantes, pero sin aporte
Los últimos dos capítulos gozan de unas escenas que apaciguan el ritmo de la serie. Sí, lo que necesitabas para tener algo de tranquilidad entre tanto tiroteo. No obstante, ¿qué aporta a la trama de estos capítulos? La respuesta es fácil, nada.
Se puede esperar la aparición, en los últimos cinco capítulos, del hijo de Berlín, quien aparece en dichos flashbacks cometiendo con su padre un atraco antes del famoso atraco a la fábrica de moneda y timbre. A confirmar para qué sirven estos flashbacks donde han contextualizado este personaje que jamás había aparecido anteriormente.
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